¡Gracias Chelita Retana Silva!

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Por: Jonás Larios Deniz*

Firme, amable, poderosa, de vestir casual e impecable. Alrededor de las 7:30 de la mañana del domingo 17 de enero de 2016, Graciela Retana Silva hace su arribo al número 156 de la calle del Trabajo en la ciudad de Colima. Ella es presidenta de la casilla 51-basica en las elecciones extraordinarias de 2016. Pacientemente inicia una conversación con el resto de los funcionarios (as) de casilla, da indicaciones y propone el protocolo de trabajo, repasando las indicaciones que todos (as) saben porque les fue informado en las sesiones de capacitación previas y porque tienen la experiencia en la elección del 7 de junio de 2015. Viste pantalón capri, blanco, bien planchado y suéter bordado con hilos de color pastel. Pelo corto, lacio, engominado y lentes que delatan su vista cansada. La presidenta sabe que la jornada es larga, que terminará mucho después de las seis de la tarde; sin embargo, su condición de presidenta la enviste de energía. Desayunó en casa, antes de venir a su encabezar la jornada electoral en la casilla 51. Hace frío, mucho, de acuerdo con las conversaciones escuchadas desde muy temprano, este domingo. Chelita nació un 3 de enero de 1947. A sus sesenta y nueve años, Chelita educa con el ejemplo. Para los votantes, casi todos (as) del vecindario representa el rostro conocido y respetable; para el resto de funcionarios (as) de casilla, representantes, observadores, etc. es un modelo a seguir, pues ni el frío colimense ni la desmañanada de domingo han hecho que emita queja alguna. Su rostro solo deja ver lo que he escuchado y leído en diversos medios de comunicación: ella asiste a una fiesta, a la fiesta cívica 2016. ¡Gracias Chelita!

 

*Profesor-investigador de la Universidad de Colima