Gaceta del Marqués

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Por: José Luis Cobián

Ante la traición disfrazada sobresalen los buenos amigos, Carlos Valdez y Erick Figueroa

El poder en Manzanillo es un hueso que se disputa más de un perro de presa, en el periodismo no hay gran diferencia, si lo sabré yo, pues de donde vengo después de 26 años de trabajo y tras alcanzar el puesto de director de un periódico, muchos se olvidaron de los logros y se inventaron ofensas, ahí donde se volvió común precipitarse a apuñalar al caído y donde cualquier astilla se convertía en cuña, una especie de ajuste de cuentas interno.

Las armas, las de siempre, la descalificación intelectual y la hoguera. Quizás cada uno paga su dignidad y su conciencia, mi precio fue ese, por manejarme con claridad y amistad, sin embargo, los corazones humanos no se unen solo mediante la armonía también herida con herida, fue así que me encontré con dos hombres de empresa que saben poner un bien superior por encima de antipatías personales, Erick Figueroa, Director del periódico estatal digital Colima Noticias, y Carlos Valdez, Director del periódico estatal impreso El Noticiero.

Al igual que una roca que emerge cuando desciende la marea, así me encontré solo, fue ahí que estuvieron ellos para darme la mano junto con otros contados amigos de admirable integridad y respeto como Juan Romero Denis, Roberto Michel Galindo, Julián Hernández, Cecilio Lepe Sr., Mario Deniz, Miguel Fuentes Soni, Javier Montes, Fabián Rincón, Saúl Sánchez, y muchos otros que hoy me es imposible mencionar pero que lo haré en otras ocasiones.

Y aunque actualmente aún baten olas de aquella marejada, mi familia, ha sido parte importante para seguir avante, es por ello que al igual que Roberto Barrios Paniagua, digo, “la amistad no se agradece, se corresponde” por ello seguiré buscando la manera de hacerlo, y así, como cuando se evita que el viento apague un cerillo encendido, cuidaré la amistad y seguiré siendo agradecido con la vida.

Carlos Valdez es un cafetero de gestos elegantes, cuya visión de joven le valió edificar su Torre periodística, un hábil maniobrero de la pluma habituado a navegar bajo cualquier tipo de tormentas, lo vuelve un tanto obstinado como su sayo de periodista del que es innegable su trabajo diligente, cuidadoso, de esfuerzo y de gran eficacia. Un gran pensador del que vale la pena acercarse a su escritura, pues nos hará vagar entre el conocimiento a través de personajes, noticias y entrevistas, con un lenguaje secreto en lo cotidiano, gracias a su sentida lucidez y su fuerza de voluntad de la disciplina.

Erick Figueroa, es de los hombres de lo que hablaba Bertolt Brecht, lleva un ladrillo consigo para mostrar al mundo cómo es su casa, que cuenta con el plenilunio personal, formativo y profesional con metas concretas. Erick y Carlos, cuentan con una capacidad de empatía al reconocer el esfuerzo, que han forjado su propio camino con admirable integridad y respeto. Para concluir este apartado, solo me resta decir que para mí significan ese calor frente al frío o una mano de amistad en la oscuridad.

Por otro lado, sabía usted que Leonardo da Vinci, además de buen pintor fue un gran organizador de banquetes para la realeza italiana e impulsor de la etiqueta. Es por ello que mis dedos bailan sobre el teclado para desearle que en estas fechas decembrinas  prevalezca el bien interior y la alegría que los lleve a desbordarse en risas, dando el brillo a las fiestas y porque no, buenos y variados brindis.

En estos días se produce un extraño efecto sobre los rostros, además de brillos y destellos de la ciudad, donde lo significativo de la cena, no debe ser lo que se prepare, sino estar juntos, porque lo que importa es esa levedad y sencillez de las cosas simples, porque de no ser así, caeremos en la festividad de lo material, donde le manifestaremos lo mucho que la queremos.

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