Federalismo vs Centralismo

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Por: Mario Acevedo Manzano

El tema de los superdelegados nominados en cada entidad federativa por el gobierno federal, acarrea la vieja discusión entre Republica centralista o federalista iniciado desde la mitad del siglo XIX y, parece todavía, no tenemos un modelo de gobierno en donde queden debidamente definidos el gobierno central y federal, en la actualidad es una mezcolanza entre uno y otro, así lo demuestra la experiencia de gobierno existente durante los regímenes militares de 1920 a 1946 y de Miguel Alemán a Peña Nieto y, todo indica el actual gobierno federal continuará sin definir el respeto a las autonomías estatales y municipales sí tomamos como ejemplo la nominación de los superdelegados ya en funciones en cada entidad de la república, a los cuales los gobiernos de Chihuahua, Jalisco y Michoacán ya anunciaron su desacuerdo e inician una especie de deslinde entre los superdelegados y los gobiernos estatales al evitar que los superdelegados tengan intervenciones en la seguridad pública estatal ante la propuesta ya rechazada de hacerlos secretarios técnicos de las Comisiones Estatales de Seguridad, recordemos apreciable lector, la participación de la superdelegada Indira Vizcaíno en la última reunión estatal sobre seguridad pública.

En la discusión decimonónica y hasta la actualidad está pendiente definir bien cuál es el Estado federalista, pues la práctica de gobierno en la realidad es y ha sido centralista, puesto que, es el Presidente de la Republica el centro del poder político y, si bien, existe la soberanía de los Estados en el texto de la Constitución General de la Republica en la mayor parte del gobierno nacional durante el siglo pasado es eminentemente centralista de acuerdo al ejercicio real de gobierno, por ejemplo, existe un centralismo exacerbado en el reparto de la riqueza fiscal cuando la federación se queda con el 80% de los recursos fiscales y únicamente distribuye entre todas las entidades de la republica el 20% este modelo favorece al Presidencialismo cuando cada Gobierno estatal le pide chiche al  federal para poder realizar obra pública, este modelo anti federalista prevalece desde la década de los setentas durante el gobierno de López Portillo y pone de rodillas a los gobiernos estatales, con la excepción de algunos gobiernos locales que toman en serio la Soberanía y exigen a la Federación respeto en el ejercicio de su atribución, o mejor dicho, se cumpla las obligaciones constitucionales de cada gobierno para hacer el gobierno nacional efectivamente federal con pleno respeto a las autonomías de los tres órdenes de gobierno.

El gobierno federal, de hecho no existe en la actualidad, por la sencilla razón de la escasez de los recursos fiscales necesarios para dotar a cada gobierno estatal de los recursos fiscales suficientes para empujar el desarrollo regional y, de continuo, cada Gobernador tiene que acudir al gobierno federal para más o menos cumplir con su responsabilidad de fomentar el crecimiento económico y el desarrollo social.

El reparto equitativo de la riqueza fiscal es un tema que molesta a los Presidentes de la Republica, recordemos que en una ocasión cuando Virgilio Mendoza fue Presidente de Manzanillo le solicito al Presidente Calderón aumentar las participaciones federales a Estados y Municipios, Calderón se enojó y su respuesta fue: cállate muchachito, como diciendo no le bugías, sí tienen dinero suficiente no tengo forma de controlar a los Gobernadores y Presidentes municipales. De ese tamaño es el miedo al reparto justo de la riqueza fiscal entre el gobierno federal y entidades.

El gobierno actual podrá decir de la boca hacia fuera su respeto al Federalismo y en la realidad, nunca aprobaran el Ejecutivo y Congreso federal una verdadera reforma fiscal de corte federalista en donde se reparta la riqueza fiscal en base a la recaudación existente en cada territorio estatal, de esta forma, no es necesario mandar a superdelegados a administrar los programas de desarrollo social a cada entidad cuando cada Estado cuente con los suficientes recursos para emprender su propio desarrollo. Por mucho disfraz que tengan los superdelegados, su posición es eminentemente política para colocarse como posibles candidatos a los gobiernos locales, pues está claro que al actual Presidente de los mexicanos no le gustan los contra pesos políticos y los gobernadores diferentes a su Partido son un contrapeso a su gobierno, cuando el Gobernador de Michoacán Silvano Aureoles le devuelve la nómina magisterial por ser el gobierno federal el responsable constitucional de impartir la educación no le gustó a Don Andrés Manuel y cuando lo saluda en la reunión nacional de gobernadores el saludo fue muy a fuerzas y de rápido por poco deja al Gober con la mano extendida, desde mi punto de vista, hace mal el Presidente cuando su deber es dialogar y lograr los acuerdos necesarios entre gobierno de Michoacán y Gobierno federal…..continuara

Notas cortas

Gaby Benavides presentó ante la Comisión de Marina del Senado de la República una iniciativa de Ley para logar aumentar la inversión federal en las ciudades puertos de todo el País al proponer que un 30% de las utilidades de las APIs de todo el país se entreguen al Gobierno municipal para resarcir los costos urbanos en la operación de traslado, carga y descarga de mercancía importada y exportada por las aduanas marítimas. La iniciativa fue aprobada por los Senadores integrante de la Comisión de Marina y es muy posible la aprobación del pleno.