Escaparate Político (Primera de dos partes)

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Por: Amador Contreras Torres

DESLINDE DE MORENA. La alcaldesa de Manzanillo, Griselda Martínez y el edil de Tecomán, Elías Lozano, dan la espalda a sus votantes y el ideario y el proyecto de Morena, pues se han rodeado de cuadros panistas, pactado con la oligarquía agraria, no sólo en su gabinete, sino en su estilo personal y modos de gobernar. En Manzanillo, Griselda se empeñó en poner de tesorero al mismo de Héctor Insúa, con tan malos resultados en Colima y puso como secretaria del ayuntamiento a Martha Zepeda, quien está confrontada con Indira Vizcaíno, que fue derrotada en las urnas por otra morenista Claudia Yáñez. Martha hizo campaña a favor del panista Ricardo Anaya y ahora despacha en una alcaldía que en teoría – solo en teoría – es de Morena. El edil tecomense, Elías Lozano, le dio la espalda a Morena y también tiene un gabinete empanizado y con modos de la ultraderecha panista. RECHAZO. Más que aceptación y consensos ha recibido el rechazo generalizado de organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos y de la sociedad en general el “Plan de Paz y Seguridad” del presidente López Obrador, pues la crítica esencial es que propone la militarización de la seguridad, o sea copiando la guerra de Felipe Calderón iniciada hace 12 años y que ha costado una devastación atroz a la nación con más de 250 mil muertos. Es decir, más allá de las buenas intenciones, de la retórica pacifista que intentó hacer el futuro secretario de seguridad Alfonso Durazo,– una vez que separamos el lodo y el barro, la hojarasca de las palabras – lo que queda es la militarización del tema de la seguridad lo que promete más de lo mismo: la misma estrategia de Felipe Calderón que sumió al país en un baño de sangre que no resolvió el problema del narcotráfico y que al contrario, los empoderó y los fortaleció al extremo que hoy es la más seria amenaza al Estado mexicano. En esta perspectiva, hay que recordar las palabras y las fabulas del escritor español Samaniego: “¿tantas idas venidas, tantas vueltas y revueltas, fueron de alguna utilidad?”. Es decir, recordemos que en campaña electoral López Obrador cuestionó severamente las masacres; la militarización del tema de la seguridad; dijo que el ejército no debería estar en las calles y que sí ganaba, el ejército volvería a los cuarteles, López Obrador candidato cuestiono a Felipe Calderón y a Peña Nieto, dijo que iba a ser diferente y el pueblo lo creyó y votó por él y ahora la estrategia es más de lo mismo: la militarización en el tema de la seguridad pública con posibilidades de detener a cualquier ciudadano y con funciones de ministerio público, lo que transgrede la Carta Magna, empoderando a las fuerzas armadas en detrimento del poder civil. Es decir, una involución histórica de siglos y con un preocupante centralismo en demérito del federalismo, concentrando los poderes en una sola persona, el país de un solo hombre, como en la época de Antonio López de Santa Ana, con la república centralista que se proclamó “su alteza serenísima y dictador perpetuo” o Porfirio Díaz que primero se pronunció contra le reelección de Benito Juárez y luego se reeligió durante 30 años hasta que fue echado del poder a balazos. Estas ideas son de fondo, apelan a la esencia, invitan a la reflexión: y ahí están los textos de historia que no me dejarán mentir. BUENAS INTENCIONES. En este orden de ideas, es sensato preguntarse, si las mismas recetas, los mismos remedios, las mismas estrategias, ¿nos van a llevar a resultados diferentes? y vamos a recuperar el sendero de la paz social y la seguridad que el país tenía hasta antes de la llegada al poder, en mala hora, de Felipe Calderón un sujeto que declaró la guerra pero escondido en un bunker que se mandó construir en Los Pinos, era el comandante que desató la barbarie, pero desde la comodidad de la retaguardia. Veo en Alfonso Durazo, a un hombre bien intencionado, pero rebasado por la magnitud de la tarea. No queda clara su función y de la Secretaría de Seguridad, si la labor de combate a los delincuentes se constriñe a la Guardia Nacional integrada por 50 mil elementos tomados de la policía militar, de la policía naval, de la policía federal y de jóvenes voluntarios que serán reclutados. Cuando se esperaba una estrategia diferente, un nuevo abordaje del tema. Hubo muchas expectativas, pues se esperaba un cambio de rumbo en este asunto tan relevante, pero al parecer, AMLO se quedó sin opciones. Esto, sin lugar a dudas, va a tener un costo electoral para Morena y dudo mucho que López Obrador se pueda reelegir, como lo sugieren en corto, algunos de sus más cuadros más cercanos.