Por: Francisco Pérez Medina
El Bloque Opositor Amplio (BOA) que anunció esta semana el presidente -utilizando recursos públicos para darle crédito a un documento anónimo que le llegó a Palacio- fue objeto de deslindes, cuestionamientos y, lo peor, de burla en las redes sociales. Durante la mañanera le pidió a su vocero oficial diera a conocer un proyecto para ganar las elecciones intermedias y hacer válido el referéndum que permitiría, por primera vez, no concluir el mandato constitucional por 6 años para el que fue electo.
Todo parece indicar que, lo que le movió a activar el clásico “estás conmigo o contra mí”, es tener los datos que expresan el ánimo de la sociedad, la percepción social de que los índices de aprobación y de popularidad, se encuentran en una fase de desencanto, lo que seguramente puede, exactamente en un año, quitarle la mayoría en el congreso y, en dos, ser la primera víctima de su propuesta con la revocación del mandato.
En lugar de gobernar y atender todos los problemas que enfrenta el país, prefiere desviar la atención hacia el espacio en que más se siente cómodo: confrontar, señalar, acusar y adoctrinar. Sin embargo, el estilo gusta solamente a sus seguidores, más no a la mayoría de la población quienes ven con preocupación su situación económica, la posibilidad real de perder la salud y la vida propia o la de sus seres queridos, con la inseguridad peor que los resultados de sus antecesores, con aumento en los datos oficiales de corrupción, disminuyendo los recursos para el cuidado del medio ambiente, a la investigación, a la cultura y otros ámbitos, en los que los presupuestos son vistos como botín para financiar programas asistenciales, que mitigan la pobreza, pero no la combaten.
Todo parece indicar que la acusación emitida, tuvo un desenlace distinto al que inicialmente se pensó, pues, el origen del mismo, no tuvo la credibilidad y, más tarde, se difundió quien pudo ser el remitente del mismo: Secretaría de Gobernación. Lo que más resalta, es que, este fantasioso complot, es el camino que le llevó al poder y que lo permite la constitución: la libre asociación. El artículo 9° establece que “no se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito… podrán hacerlo para tomar parte en los asuntos políticos del país”.
Con esta acusación, se dio formalmente inicio rumbo al proceso electoral; lo menos que deseamos es la confrontación entre familias, amigos, compañeros, pues, todavía se siente la polarización de la elección anterior, en la que los seguidores de unos y de otros, muestran poca tolerancia y menos propuestas para una mejor sociedad. Hoy, el titular del ejecutivo, pide que no se le responsabilice de todo, que son los gobernadores los que debe evaluarse -algo muy distinto a lo que hizo siendo oposición-. Que no se olvide un problema local, que se encargaron de endosarle al presidente con la desaparición de los 43 normalistas, que sea de paso señalado, no han brindado una verdad diferente a la “histórica” hasta este momento. Solo fueron utilizados y desechados para obtener lo que realmente les interesaba: el poder. Lo lograron; todo indica, que su temor, ahora, es perderlo.
Salida
1.- Comienza la cuenta regresiva para el gobernador, alcaldes, diputadas y diputados, quienes serán evaluados en las urnas por sus aciertos, yerros, cercanía con la sociedad y por sus propios partidos. Usted amable elector, ¿ya emitió su juicio?
2.- El regidor faltista del ayuntamiento de Colima, no ha respondido a lo señalado por esta columna, o tal vez lo hizo como mejor sabe: faltando a la última sesión celebrada la semana pasada. Lamentable que siga cobrando sin devengar y que permanezca en el cargo sin llamar al suplente.
3.- Reconocer a la Fiscalía del Estado que ya tiene un detenido con una línea de investigación por el lamentable asesinato de la diputada representante del municipio de Ixtlahuacán.