Al igual que un inválido, quedarán sin movimiento, igual que una persona sin aire, pidiendo un último aliento. Y todo para reflexionar sobre lo valioso del conocimiento y el talento que se creía tener, pero que fue desperdiciado solo por buscar una vana alegría. Y amanece de nuevo, ya es otro día; siguen cegados con la venda, y la tempestad está más cerca, lista para dejarlos callados, quizás atormentados en sus cabezas, hablando mal y estando en contra de todo aquello que fue bueno para ustedes, porque creían que a los demás les pasaba y nunca a ustedes. Inesperadamente, ahora ustedes pertenecen a ese grupo de personas que están en tempestad, y cómo salir de ahí es lo que siempre te preguntarás, por tus errores acumulados que están detrás. Mucha psicología no servirá de nada, porque tú no quieres cambiar, y, a través del tiempo, la tempestad te seguirá. Y por eso el tiempo vuela y no vuelve a ti”.
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