El malo contra el peor

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LA AUTOPSIA

Por: André Marín

Pasado mañana, en el Estadio Azteca, se enfrentan el puesto 14 de la tabla contra el 16. Difícil entender que América y Cruz Azul se encuentren tan mal en el torneo. Y la gran pregunta es: ¿cuál de los entrenadores corre más riesgo en caso de perder?

Ricardo La Volpe no funciona. Él no es para América y América no es para él. Ha desaparecido por completo su estilo. El equipo no juega a nada y, aunque los dirigentes digan que su puesto no está en riesgo, me niego a pensar que sean capaces de tirar el torneo para esperar a junio y tratar de convencer a Miguel Herrera de que vuelva.

Paco Jémez lleva casi tres meses en nuestro país. Tuvo la libertad de elegir el tipo de pretemporada que quería hacer, tuvo en Eduardo de la Torre al director deportivo adecuado para contratar a muy buenos jugadores y no ha ganado un solo partido. Aun así, dudo mucho que lo vayan a quitar, en caso de perder el sábado en el Estadio Azteca.

Son dos de las plantillas más caras del país. Tienen jugadores que alcanzan salarios de dos millones de dólares anuales, pero parece que les importa muy poco. Si ganan, pierden o empatan, ellos siguen cobrando, y si el equipo decide despedirlos al final del torneo, se van a otro equipo. Cero amor propio, cero vergüenza deportiva.

Y a todo esto, habrá que sumar que Cruz Azul ya está metido en serios problemas de descenso. Para poner un ejemplo claro: si el fin de semana gana Morelia y los celestes pierden, estarían a ocho puntos del descenso.

Eduardo de la Torre, me consta, ha dado la cara y respalda el plan que tienen en mente. Ricardo Peláez se escondió desde el pasado sábado, cuando perdieron el Clásico ante Chivas.

Se enfrentan en el Azteca el malo contra el peor. Difícil saber quién llega peor a uno de los partidos más importantes del campeonato para ambos.

Adolorida la afición americanista, después de los malos resultados de 2016 y en el inicio de 2017. Golpeadísima la fanaticada azul, luego de 20 años sin título, viendo al equipo hundirse y ya imaginándose que puede ser de Segunda División pronto.

Tendría que ser un partido de vida o muerte para ambos técnicos, pero dudo que suceda. El ganador tendrá un poco de oxígeno para encarar la segunda parte del certamen y el perdedor recibirá otro voto de confianza de su directiva.  Pinta para partido aburrido, sin alma, sin garra, sin sangre. Un partido que ambos preferirán no perder que ganar.

Y sí, el sábado se enfrentan el malo contra el peor.

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