VENTANA POLÍTICA
Por: Guillermo Montelón Nava
Mientras la presidente Claudia sigue ofreciendo en el discurso que se trabaja para bajar los índices de violencia, la realidad es que la criminalidad se incrementa por todos los rumbos del país con asesinatos, ejecuciones, masacres, secuestros, extorsiones, cobros de piso, asaltos, robos de mercancía, desaparición de personas; eso sin considerar que las organizaciones criminales tienen dominio en gran parten de los municipios del país, vinculados con las autoridades, tanto alcaldes como policías, directores de seguridad y otros funcionarios, incluyendo varios gobernadores.
Los ejemplos de este dominio lo encontramos en Sinaloa, en Tabasco, Michoacán, Guerrero, quintana Roo, Jalisco, Colima, Zacatecas, Guanajuato, Estados de México, en Chiapas, Sonora, Tamaulipas, Chihuahua, Nuevo León y en menor medida en el resto de los estados, es decir, está presente en todo el país, donde el gobierno de Obrador los dejó hacer y crecer, no solo para operar en el campo del tráfico de drogas, sino que, al sentirse protegidos y impunes, ampliaron sus campos de acción con el cobro de piso, la extorsión, el secuestro, el asalto a transportistas y a conductores en todas las carreteras, tanto libres como en autopistas.
Esta incapacidad y complicidad del estado ha llevado a la desesperación de muchos sectores de la población. Uno de ellos son los transportistas del estado de México y Cd. de México quienes originalmente pretendían realizar un gran bloqueo en el centro del país, cerrando entradas a la zona metropolitana. De haberlo hecho, hubiera sido el gran caos y las afectaciones inmensas, de ahí que, luego de reflexiones y de peticiones de sectores vulnerables, decidieron cambiar el bloqueo por marchas y una gran manifestación. Las marchas partieron desde distintos puntos de entrada a la zona metropolitana con la idea de llegar al Zócalo para exigir al gobierno federal acciones efectivas, poner fin a este clima de inseguridad y de violencia expresada en asaltos, extorciones, cobro de piso y secuestros de operadores, algunos de los cuales han sido asesinados.
Este es el primer aviso; la sociedad está dispuesta a realizar lo que sea necesario, en su defensa y para exigir que las autoridades actúen con eficacia y determinación, pues estamos llegando al límite de la intolerancia social, sobre todo que, la 4T, aún se apega a la línea de Obrador, quien en el colmo de su complicidad y desfachatez, se atrevió a enviar una carta para tratar de que, vía el poder legislativo se trate de frenar la coordinación y colaboración con Estados Unidos de América en el tema del combate de las organizaciones criminales.
Cierto que como país, la clase media y los sectores menos favorecidos, son lo que más habremos de padecer esta incapacidad y complicidad del gobierno, sobre todo con algunos de los carteles, y porque este gobierno de Claudia ha comprado al sector empresarial, a los más ricos, incluyendo a la mayaría de las empresas de medios de comunicación tradicionales, para que le aplaudan y le apoyen en sus proyectos, sin importar que solo se trate de seguir alimentando o creando elefantes blancos, en lugar de atender con recursos, planes y programas bien sustentados, las áreas urgentes y prioritarias como la salud, la educación, fortalecimiento de los cuerpos de seguridad, especialmente en estados y municipios, para brindar seguridad en carreteras y para atacar de verdad la corrupción, el tráfico de influencia, así como recuperar el clima de confianza y certeza jurídica que se ha perdido con la desastrosa reforma judicial y que solo propiciará más impunidad.
Lo que vemos es que la presidente Claudia sigue la línea de su titiritero, que seguirá protegiéndolo, que seguirán socavando la base institucional del país, el estado de derecho y el orden constitucional, por lo que, sin esa base indispensable, su famoso Plan México podría quedar en un sueño guajiro y los 278 mil millones de dólares que dicen podrían atraer de inversión extranjera, no pasarán de ser una promesa en el discurso hueco.
Por otra parte el panorama y el escenario que se nos presentará con el vecino país del norte a partir del próximo lunes, no es incierto como algunos dicen. Es tan real como la propia miopía de la presidente y su equipo que creen que Donald Trump solo fanfarronea, cuando su influencia y poder ya se han comenzado a sentir aún antes de tomar posesión. Por eso, aunque digan que ya hay planes y que México está preparado para recibir a los miles de deportados que vendrán, la realidad será la que se impondrá en los primeros días del mandato republicano.
Y sobre el tema del TEMEC, no habrá mucho que decir ni hacer; Trump tiene la sartén por el mango y, acorde a su carácter y personalidad, a su postura ideológica, lo primero que habrá de evitar es que México sea el trampolín de los productos chinos que llegan a USA y hará lo que sea, incluso sacar a México del acuerdo comercial. Al tiempo.
*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles CN COLIMANOTICIAS.