EL CRISTAL CON QUE SE MIRA

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AL DESNUDO

Por: Édgar Rodríguez H.

A unos días del primero de seis informes de gobierno que tendrá que rendir durante su gestión, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha tratado de ser convincente en sus spots promocionales sobre sus acciones de gobierno ejecutadas en lo que va de su administración, como eje principal afirma ser un hombre de palabra, es decir que ha cumplido lo que prometió, y es aquí donde todos los ciudadanos deberán poner mucha atención para sopesar si lo que viven y lo que se les dice, está en plena comunión.

Lo primero que habría que contrastar es si las promesas vertidas durante su campaña e incluso reafirmadas luego de que ganó la Presidencia de la República se están cumpliendo puntualmente, sobre todo aquellas que afectan directamente los bolsillos de todos los mexicanos, aunque ya sabemos que para López Obrador primero son los pobres a los que ha otorgado alguna dádiva que, más que resolverles la vida, les ha resultado un paliativo para su precario modo de vida.

Rumbo a su primer informe, en los anuncios de AMLO encontramos una retórica que cada quien puede asimilar como más le convenga y dependiendo el cristal con que se mire. Si el presidente dice que no ha habido aumentos en la luz, gasolinas e impuestos, es cierto, pero también lo es que no han bajado, y ello sigue pegando en los bolsillos de los ciudadanos, sobre todo a la mal llamada clase media, y si se habla de beneficiarios por mantener los precios de los combustibles, esos serían los empresarios que mueven sus productos o mercancías que, en lugar de bajar, cada día tienen un costo mayor para el consumidor.

Ente los anuncios previos a su informe, el Presidente resalta que no ha aumentado la deuda externa del país, pero nunca dice que eso traerá consecuencias en la economía nacional en un corto plazo en donde podremos percibir un estancamiento en el empleo y el crecimiento. Recordemos que hasta el momento se realiza mucho gasto en programas sociales, pero no se genera ingreso.

Los mensajes de López Obrador están basados en la austeridad y la economía, por supuesto en sentido positivo resaltando grandes logros que para muchos son pocos y sólo para unos. En cuando a los sueldos de 700 mil pesos mensuales, la pregunta es ¿cuántos habría y quién los ganaría? Del avión presidencial lo único cierto es que él no lo usa, que aún no se vende y sigue generando un gasto importante desde que se decidió ponerlo a la venta.

También señala que ya no lo cuidan 8 mil elementos del Estado Mayor Presidencial, pero hasta donde se recuerda nunca lo cuidaron y lo que sucedió fue regresarlos a sus cuarteles con sus mismos salarios y prestaciones, lo que por supuesto no representa ningún ahorro para el erario.

Habrá quienes diga que es mucho lo hecho por él en lo que va de su gestión y aún falta tiempo, pero lo cierto es que hay rubros en los que no se siente ningún avance, específicamente no hay un crecimiento económico como lo refleja, el Producto Interno Bruto de apenas 0.1 durante el primer semestre, muy lejos de lo pronosticado por AMLO. Y lo más preocupante es que, pese a los indicadores negativos, se festeje el estancamiento, pues en ocasiones López Obrador le ha restado importancia a las estadísticas que revelan un nulo crecimiento, alegando que ha habido desarrollo.

Por otra parte, la inseguridad va en aumento en todo el territorio nacional, aunque él tenga otros datos, el Sistema Nacional de Seguridad Pública, de diciembre a la fecha, tiene un registro de 20 mil 599 homicidios, cifra nunca antes vista. Sin dejar de mencionar el deterioro en la autoridad que representa el Ejército tras las vejaciones de que han sido objetos sus elementos de las fuerzas armadas, sin que se haga prevalecer el estado de derecho.

Como recuento de otras acciones negativas de AMLO, se podrá hablar de los recortes a la ciencia, a la tecnología, a la cultura, del despido de cientos de trabajadores, y de los límites velados a la libertad de expresión., pero por hoy aquí la dejamos.

Se dice que…

*En la víspera de su primer informe, AMLO debe tener muy en cuenta que ya no está en campaña, sino dirigiendo un país y en beneficio de todos, no sólo para un sector de la población. De no recapacitar, el desencanto de quienes votaron por él muy pronto tocará a su puerta.