DÍA DE LA BANDERA

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Por: Noé Guerra Pimentel*

El 7 de julio del 2008, nuestra bandera mexicana fue reconocida como “la más bonita del mundo” según convocatoria mundial que hizo el portal: www.20minutos.es., en la que participaron 104 banderas durante 48 días, del que la nuestra fue la ganadora, seguida por las de Perú y Guatemala. En 48 días y con 104 banderas participantes de todo el mundo, se registraron más de 7 millones y medio de votos, más de 25 mil comentarios. Los colores de la bandera vienen de los del Ejército Trigarante que, con Iturbide al mando duró de 1821 a 1823. El significado original de los colores fue: Verde: Independencia -de España-, Blanco: Religión –la católica-, Rojo: Unión -europeos y americanos-. Fue cambiado con la secularización del país, liderada por Juárez, desde entonces es: Verde: Esperanza. Blanco: Unidad. Rojo: La sangre de nuestros héroes.

El escudo está posicionado en el centro de la franja blanca y está inspirado en la leyenda sobre la fundación de México-Tenochtitlan, actual ciudad de México. De acuerdo con esta, los Mexicas provenientes del mítico Aztlan salieron en busca del lugar para edificar su ciudad. Huitzilopochtli les había indicado que donde encontraran un águila parada sobre un nopal, debían construir su capital. Luego de 200 años de buscar, encontraron la señal en un islote del Lago de Texcoco. La Bandera como símbolo, viene principalmente de la independencia, aunque estandarte ya había en este territorio desde Moctezuma Ilhuicamina, cuando los mexicas conquistaban y sometían pueblos a los que imponían tributo además de hacerlos prisioneros para sacrificio a sus dioses. Mexicas, tlaxcaltecas y tepanecas tenían símbolos, por ejemplo, el azteca con Moctezuma Xocoyotzin, portaban un águila con un tigre entre sus garras bordado sobre plumas.

Los ancestros europeos traían sus propias banderas. Cortés traía sus estandartes, según consta en el códice Florentino, siendo el principal, según Botourini, el que lleva “pintada la efigie de María Santísima, coronada de oro”. Durante el virreinato (1535-1821) no hubo un símbolo representativo nacional de la Nueva España. Al iniciarse el movimiento de independencia, Hidalgo convirtió en bandera un lienzo con la Virgen de Guadalupe, que dicen tomó de la sacristía de Atotonilco. Por su parte el ejército virreinal enarboló la efigie de la Virgen de los Remedios. José María Morelos ideó una bandera con cuadretes azul pálido en el borde y en el centro el águila sobre un nopal arriba de un puente de tres arcos, y las letras V.V.M., que se interpretan “Viva la Virgen María”.

La bandera que simbolizó el Plan de Iguala fue de la idea de Agustín de Iturbide y consta de tres franjas diagonales de color verde, blanco y rojo, con una estrella en cada una, y en la central una corona imperial dorada, con el fondo encarnado y orlada con las palabras “Religión, Independencia, Unión”, o de “las tres garantías”.

Consumada la Independencia, la Junta Provisional Gubernativa, por decreto del 2 de noviembre de 1821, ordenó la confección de una bandera de franjas verticales con los colores blanco, verde y rojo, con un águila en el centro posada sobre un nopal y con la cabeza coronada. En 1823 por ley del Congreso Constituyente, se adoptó una tricolor; verde blanco y rojo en granjas verticales con el águila sin la corona y orlada con los símbolos republicanos de las ramas de encino y laurel. Desde entonces, la posición del águila ha cambiado. Durante la Reforma se le representó con la cabeza a la izquierda por liberales, o a la derecha por los conservadores y sin corona o con ella, según la usaran tropas republicanas o imperiales durante la intervención francesa.

Por esta causa, Díaz dispuso que se presentara de frente, abierta de alas, majestuosa, al gusto francés. Carranza al frente del Ejecutivo, expidió el decreto del 20 de septiembre de 1916, por el cual, de la autoría del artista de origen michoacano (Ecuandureo), Antonio Gómez Rodríguez (1888-1970), presentó al águila de perfil izquierdo parada sobre un nopal que brota de una peña rodeada de agua y orlada en la parte de debajo de ramas de encino y laurel. Esta disposición ha tenido modificaciones por decretos de Abelardo L. Rodríguez (1934) y, Gustavo Díaz Ordaz (1967) igual para sellos que monedas. A lo largo de casi doscientos años, desde la consumación de su Independencia el 27 de septiembre de 1821, México ha construido su identidad, una identidad que a diferencia de otras naciones ha costado sangre, sudor y lágrimas. Una identidad amalgamada con la vida que al paso han dejado muchas generaciones de mexicanos cuya memoria hoy honramos, honrando a nuestra bandera.

Honra que surge por idea y perseverancia de un colimense adoptivo, el profesor Macario G. Barbosa o Macario Barbosa González, quien oriundo de Pihuamo, Jalisco, desde temprana edad se vino a vivir a Colima donde se forjó personal y profesionalmente, hizo familia y gestó la idea de honrar a nuestra enseña tricolor, lo que concretó en 1934, según consta en el decreto 278 de la Quincuagésima sexta legislatura del estado libre y soberano de Colima.

*Cronista municipal de Villa de Alvarez.