*Está proyectado a efectuarse en la Laguna de Cuyutlán para tener tres veces la magnitud del actual puerto *Será el proyecto portuario más relevante del próximo sexenio y que será financiado con los propios recursos que generan las Administraciones del Sistema Portuario Nacional (Asiponas)
Alfredo Quiles|CN COLIMANOTICIAS
Manzanillo, Col.- Los trabajos entre la Presidenta electa, Claudia Sheinbaum, y los especialistas de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar), que conduce el almirante Rafael Ojeda, dieron el visto bueno a que se ponga en marcha la construcción del Nuevo Puerto de Manzanillo, en Colima.
EL periódico La Razón, en su edición digital, señala que éste será el proyecto portuario más relevante del próximo sexenio y que será financiado con los propios recursos que generan las Administraciones del Sistema Portuario Nacional (Asiponas).
El sistema portuario mexicano, en prácticamente todas sus instalaciones obtiene resultados financieros positivos, y en conjunto, bajo la administración de la Marina, posee la solvencia suficiente para solventar un proyecto de gran envergadura sin presionar el presupuesto federal los años próximos.
La Asipona de Manzanillo, a cargo del almirante Mario Alberto Gasque Peña, tiene un capital contable que supera actualmente los 4,700 millones de pesos mientras que en 2023 sus utilidades netas fueron de 1,114 millones de pesos… suma que avanzó 11% al primer semestre de 2024.
El Nuevo Puerto de Manzanillo está proyectado a efectuarse en la Laguna de Cuyutlán para tener tres veces la magnitud del actual puerto, el cual está saturado desde hace ya varios lustros y generando rezagos y complicaciones logísticas al comercio internacional.
“Considerando el capital de la Asipona, sin problema podría sostener una inversión en infraestructura superior a los 20 mil millones de pesos en total entre dragados, accesos, conexión carretera y ferroviaria, frente de agua, remediación ambiental, muelles y patios de maniobra y almacenamiento. Empero, es probable que se genere una sola gran bolsa —un fideicomiso— con las empresas administradas por la Marina para ésta y otras obras portuarias, ferroviarias y aeroportuarias.
“La inversión en Nuevo Manzanillo -como sucede en todas las Asiponas- obtendrá su retorno con las concesiones y permisos concursados con empresas privadas que desarrollan sus terminales conforme a un plan maestro de desarrollo. Es relevante apuntar que la Semar tiene capacidad de ejecutar obras estratégicas como el mismo dragado y preparación de terrenos, lo cual reduce los costos de arranque”, escribió Mauricio Flores en su columna Gente Detrás del Dinero, que se publica en La Razón.
Para tener un referente, dice el columnista, el actual Manzanillo mueve más de 3.7 millones de contenedores al año a través de 14 posiciones comerciales, 3 para combustible y dos de cruceros; tiene una superficie de 437 hectáreas, con 6.2 kilómetros de vialidades internas y 24.7 kilómetros de vías férreas dentro del polígono.
“Sin duda, se trata de un proyecto positivo que apuesta a la expansión económica, al empleo, a la innovación y de una activa participación de empresas privadas nacionales y extranjeras. Ese escenario expansivo de comercio (e inversión de manufacturas y servicios) tendrá que compulsarse con los escenarios que desencadene la reforma judicial, las leyes de agua, energía y minería, así como la desaparición de los órganos reguladores autónomos, iniciativas que hasta ahora han minado la certidumbre de un amplio abanico de inversores.
“Veremos pronto que sucede en realidad”.