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México.- El 31 de octubre se conmemora el día internacional del ahorro. Y es que, ¿a quién no le asusta tener deudas y no poder pagarlas?
Ahorrar debería ser cualquier otro ejercicio cotidiano más, casi como salir a correr con el perro o andar en bicicleta. Y como todo ejercicio que se practica bien, rinde buenos frutos.
Aquí te decimos cuatro consejos que pueden servirte para aprender a ahorrar:
1, Sé austero y firme
Que jamás es lo mismo que ser tacaño, darte una mala vida o privarte de todo. Nos referimos a un concepto muy básico llamado sencillez. La simplicidad es uno de nuestros mejores aliados en la economía personal. Por ejemplo, si tienes ganas de un café, compra uno (justo lo que necesitas), no un café doble, ni lo conviertas en un pretexto para pedir sabor extra, un panqué adicional, más una promoción “de lo que sea” (que no estabas buscando), etcétera.
Lleva la sencillez financiera a otros aspectos de tu vida diaria.
Lo que eran 20 pesos terminan siendo 50 o más. Hasta 65% más del precio. Todos esos “adornos extras” a tu idea original de compra le pegan directo a tu bolsillo sin que te des cuenta. Además, la mayoría de las veces ni siquiera eran indispensables. Lleva la sencillez financiera a otros aspectos de tu vida diaria, por ejemplo cuando sales al cine (y terminas distraído con más compras que con la propia película), o cuando vas al súper por las compras de la semana (¡no de todo el mes!).
2, Si lo pagas, lo usas
O en el sentido contrario: no pagues (rentes, pidas prestado, te endeudes por) lo que no vayas a utilizar. Haz un breve análisis de tu vida en este momento, de lo que hay en tu casa, o en tu refrigerador, de los pagos mensuales que estás haciendo actualmente. ¿Realmente estás dándole uso a todo? ¿Tienes lo que necesitas o necesitas lo que tienes? Enlístalo y saca tu balance, verás que puedes detectar y reparar muchas “fugas” de dinero allí. Sé detallista y sincero, ¿estás usando el gimnasio que pagas?, ¿asistes realmente a esas clases semanales especiales?, ¿aprovechas el paquete telefónico o de cable que elegiste o quizá convenga buscar uno más económico?
¿Tienes lo que necesitas o necesitas lo que tienes? Enlístalo y saca tu balance, verás que puedes detectar y reparar muchas “fugas” de dinero allí.
3, Si necesitas comprar, compra bien y barato
Atención en el truco, primero pregúntate si realidad pasará algo grave en caso de no comprar. ¿Nada grave? Entonces quizá no debas gastar en eso. Supongamos que sí es indispensable. Entonces, busca la mejor relación precio–calidad. Comprar bueno y barato es posible, si te enfocas a lograrlo, aquí el truco se llama comparar. Con internet en nuestros dispositivos móviles ya no hay pretexto para no revisar al menos dos o tres opciones ¡de cualquier cosa que estemos comprando! Desde un seguro de automóvil, hasta un ramo de rosas, el secreto es comparar precios, ofertas, calidad, beneficios y elegir el mejor para ti.
4, Guarda e invierte recursos
El truco aquí es conocido como futuro. Piensa en lo que te gustaría (o no) que sucediera pasado mañana, a fin de año, el próximo…
Es la regla de oro de los países ahorradores, para ellos, los recursos nunca sobran y siempre son limitados. Por recursos, claro, entendemos dinero, pero también es un recurso nuestro tiempo, energía, talento y conocimiento. No te los termines todos “en una sola exhibición”, pues nadie sabe cuándo podrías necesitar una reserva extra, o bien, cuando eso podría darte a ganar más.
El truco aquí es conocido como futuro. Piensa en lo que te gustaría (o no) que sucediera pasado mañana, a fin de año, el próximo… Por ejemplo, si crees que tienes $1,000 “de más”, seguramente estás pensando en este minuto. Imagina que puedes hacer con ellos si los conviertes en $1,500 o más. Considera invertirlos en un fondo; en tomar un curso que te dé herramientas adicionales; o quizás en pagar una deuda pendiente. Invertir tus recursos para hacerlos rendir es uno de los ejercicios más saludables en la vida financiera de cualquiera.
Con información de Excelsior