Redacción|COLIMANOTICIAS
Colima, Col.- “Octavio Paz se erige como cumbre de la Literatura Mexicana con Sor Juana Inés de la Cruz, Alfonso Reyes y Los Contemporáneos; pese a las diatribas y a sus detractores, sigue siendo el gran autor, el premio Nobel”, señaló el maestro Víctor Gil Castañeda en la mesa redonda “Lectura y horizontes de Octavio Paz, a cien años de su nacimiento. 1914-1998”, que se realizó el lunes pasado en la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima, como parte de los festejos por el aniversario de este gran escritor, editor, diplomático, filósofo y ensayista.
En la mesa redonda estuvieron presentes, además, Gloria Vergara Mendoza, investigadora de la Facultad de Letras y Comunicación y Gabriel Govea Acosta, escritor. Víctor Gil destacó la labor de Octavio Paz como un indiscutible promotor de las letras mexicanas gracias a su trabajo de edición: “Fue el encargado de darles un espacio a las plumas jóvenes de su tiempo, algo que no era tan común en su época”.
La revista “Letras libres” es una continuación de su trabajo en “Vuelta” y fue uno de los primeros intelectuales en participar en medios audiovisuales: “Sin duda, además de ser un gran escritor, también se ganó un espacio indiscutible como promotor cultural y de las letras mexicanas”, añadió.
Por su parte, Govea Acosta dijo que en torno a la vida y obra de Octavio Paz hay “luces y sombras, pues así como dejó un monumento literario a través de poemas como ‘Piedra de sol’, también ha sido criticado por no reconocer las fuentes nutricias de ideas que desarrolló en libros como ‘El laberinto de la soledad’ y ‘El arco y la lira’, pues en el primer caso oculta el origen del concepto de malinchismo (de Salazar Mallén) y, en el segundo, se leen claras influencias de la dialéctica hegeliana y el existencialismo de Heidegger”.
Además, el también egresado del plantel expuso que al final de sus días, el Nobel fue criticado por sus vínculos con el salinismo, las políticas neoliberales y
Televisa: “En su tiempo, era la figura hegemónica de las políticas culturales de México”.
Pese a lo anterior, Govea Acosta reconoció en Octavio Paz a un “vastísimo crisol de diversas tendencias artísticas y culturales del mundo, pues su obra, aunque en algunos casos contradictoria y polémica, es una síntesis de sus numerosos viajes, lecturas y debates con intelectuales y artistas de la más alta envergadura a nivel internacional”.
Finalmente, Gloria Vergara comentó que “con Octavio Paz ha sido más benigna la crítica extranjera que la nacional. Parece incluso que está de moda criticar el legado y la figura de este autor que logró, sin duda, convertirse en un crisol de las culturas. Una de las características de Octavio Paz, de su obra, es que adquiría tonalidades de otras filosofías y de otros pueblos”.
“Era muy intuitivo y poseía la sensibilidad suficiente para dejar entrever otras influencias, erigiéndose así como un escritor de la diversidad cultural. Además de ser de los primeros intelectuales en hablar de la postmodernidad, junto con Jorge Luis Borges”, agregó.
El evento culminó con una lectura en atril de “Carta de creencia”, del autor homenajeado, en voz de alumnos del sexto semestre de la Licenciatura en Letras Hispanoamericanas.