Según las primeras investigaciones de la Procuraduría General del Justicia del Estado, y por versiones de algunos testigos, la avioneta fumigadora se encontraba realizando su trabajo cotidiano, cuando se escuchó una falla mecánica en el motor.
Momentos después, la aeronave se precipito a tierra, impactándose contra un árbol y derramando por toda el área una gran cantidad del fumigante utilizado en sus maniobras. La avioneta quedó completamente destrozada.
El piloto de la aeronave, Gerardo Díaz Corona, presentó golpes y heridas de gravedad en diferentes partes del cuerpo, y fue trasladado de emergencia por personal de la Cruz Roja y Protección Civil a un nosocomio de la ciudad de Manzanillo.
El percance, según la Procuradurías General de Justicia del Estado, fue provocado por la falta de combustible.