Brilla Ballet Folklórico de la UdeC en el Primer Encuentro Nacional de Danza

0

*En Guadalajara *“La danza no es exclusiva, la danza es un elemento de socialización y es muy importante que quede un registro de cada una de las obras o trabajos que se hacen”: Rafael Zamarripa.

 Redacción|COLIMANOTICIAS

Guadalajara.- El Ballet Folklórico de la Universidad de Colima (BFUC), dirigido por el maestro Rafael Zamarripa, participó en el Primer Encuentro Nacional de Danza de Guadalajara, el cual se celebró del 15 al 21 de junio de 2014 en Jalisco. Gran parte de las actividades –ponencias, mesas de discusión y análisis– se realizaron en el Hotel Aranzazú, ubicado en el centro histórico de la Perla Tapatía.

La agrupación se sumó a diferentes actividades, como la presentación de la clase magistral “Diálogos con los sonidos de las botas”, que impartió Juan Carlos Gaytán Rodríguez, subdirector del BFUC, el miércoles 18 de junio en el Foro de Arte y Cultura de la ciudad de Guadalajara.

Esta clase buscó acercar a los bailarines al uso de la Técnica RAZA como coadyuvante para desarrollar el zapateado, que ayuda a evitar lesiones y prepara los cuerpos para la acción del baile. Participaron en esta clase las maestras Perla Damara Cruz Reyes y Viviana Nava González, especialistas en esta técnica; como músico acompañante estuvo Pedro Palacios Gómez.

El maestro Rafael Zamarripa, por su parte, participó en el foro de discusión “Contextos artísticos y culturales en la formación del siglo XXI”, en el que expresó que los directores de las agrupaciones dancísticas deben entusiasmar a las autoridades correspondientes para que éstas se sumen a los proyectos a realizar: “El trabajo en conjunto con la instituciones tiene la obligación de enamorar a las autoridades para realizar cualquier proyecto; la danza no es exclusiva, la danza es un elemento de socialización, y es muy importante que quede un registro de cada una de las obras o trabajos”.

Manifestó que él no tuvo la escuela –se hizo en los pasillos, tras bambalinas–ni la formación académica o la infraestructura con la que ahora cuentan los estudiantes; aun así, subrayó, el elemento más importante del ser humano es la creatividad: “Es la mayor riqueza del hombre, la imaginación es primordial en quien hace danza, buscando la manera de que ésta logre impactar”. Recalcó que él no es un folklórico purista y desea que sus egresados sean personas con un alto grado creativo.

También habló de cómo hacer registro de las danzas; sugirió el uso de recursos multimedia como video y fotografía, así como la digitalización de bocetos de la escenografía y vestuario. En ese sentido, Juan Carlos Gaytán Rodríguez agregó que, con el apoyo de la tecnología, se puede (además de observar los bailes, los trazos coreográficos y el vestuario) transferir el sentido de una verdadera fiesta, algo que cada vez es menos frecuente ver en su contexto original.

Destacó, en este encuentro nacional, la entrevista que Rosario Manzanos (crítica y promotora de la danza folklórica) realizó a Rafael Zamarripa. Inició la charla recordando una anécdota en Tijuana: el maestro presentaba los libros de Guillermina Bravo y Claudia Lavista, mientras Rosario Manzanos lo criticaba por su añadidura de “metros y metros de popelina” a un vestuario.

Por supuesto, el maestro alcanzó a escuchar el amargo comentario y luego –¡azares del destino!– ambos coincidieron en el elevador; primero fingieron no verse hasta que ella, por fin, en un arranque de humildad, inició la plática olvidando la reciente desavenencia.

Luego vinieron las preguntas: “¿Cómo se puede en el escenario representar una manifestación antropológica?”, a lo que el maestro Zamarripa respondió que la manifestación antropológica está viva, mientras que la representación escénica tiene otros atributos y cualidades.

Señaló que en la danza conoció a Amalia Hernández y Guillermina Bravo, quienes después de haberlo visto bailar, le dijeron que le harían algunas observaciones. Él insistió en que dijeran lo que tuvieran que decir ahí, frente al grupo, porque todos eran jóvenes con deseos de crecer y crear: “Para mí quien no crea no sueña, y quien no sueña no puede volar”.

Habló de cómo fue su llegada, accidental aunque no accidentada, al folklor: “En una ocasión llegó el coordinador de la escuela y nos pidió que llegáramos al siguiente día más temprano que de costumbre, y con nuestros zapatos bien boleados porque una señora maravillosa iría a vernos bailar”.

Llegó el día… y él no tenía pareja para el baile; la señora le sugirió bailar con cualquiera: “Pero todos agarraron a sus parejas y no me las soltaron, así que la señora me dijo: ‘Pues te vas a venir a bailar conmigo al Ballet Folklórico de México’. Yo no sabía ni qué carajos sería eso, yo tendría la edad de 17 años, pero hice lo que ella me dijo”.

“Con ella me fui a conocer ese mundo de la danza y vi a su compañía actuar; yo quedé sorprendido y embelesado… fue una impresión maravillosa ver a los caballeros águila”. Esa señora que le abrió el telón y que lo puso en un escenario era, nada más y nada menos, que Amalia Hernández, rememoró el maestro Zamarripa.

Rafael Zamarripa ingresó a un mundo maravilloso aunque lleno de exigencias; recuerda que Amalia Hernández, por ejemplo, tenía un poder asombroso: “Caminaba por el escenario con un tambor y, con el golpe, nos indicaba a los bailarines cómo debíamos bailar; yo pensaba: ‘¡Ésta viene de genio…!’”.

Durante la entrevista, habló también de los avatares por los que atravesó durante su estancia en el Ballet Folklórico de México. Se preció de su capacidad de rodease siempre de gente talentosa, humilde, y de la fundación del BFUC…

Para finalizar, en la Plaza Fundadores, a las 14:00 horas, se clausuraron las actividades con la intervención del Ballet Folklórico de la Universidad de Colima (grupo oficial e infantil). Con una audiencia de alrededor de dos mil personas, la agrupación universitaria presentó los cuadros “Perro de fuego”, “Michoacán”, “Jaraberos de Nochistlán”, “Calabaceados”, “Veracruz”, “Colima” y “Jalisco”.