En este acto, el teniente de infantería Francisco Javier Pérez Martínez, leyó el discurso oficial donde destacó que la gesta de los niños héroes de Chapultepec “la conmemoraremos una y mil veces y siempre nos transmitirá su fulgor emotivo y singular, al pasar lista de honor y responder al unísono “murió por la patria”, el alma misma del estado se estremeció para volverse esencia y altura”.
A los jóvenes de hoy – civiles y militares ─hijos todos del mismo cielo y de la misma tierra, nos corresponde la encomienda del futuro “somos responsables de que con certidumbre y aliento el mañana sea promisorio. En el generoso país que hemos heredado, es muy valioso lo que debemos preservar.
En esta radiografía del país, también registramos cánceres que debemos extirpar con decisión y de una vez por todas, como la corrupción y la impunidad que nos laceran en doble vía; pues en algún momento somos víctimas de aquello que en ocasiones toleramos y a veces inducimos, en estos desvíos, que desvirtúan la igualdad ante la ley y atentan contra la justicia de ninguna manera deben convertirse en endémicos.
“Males, como la delincuencia organizada y el narcotráfico que envenenan a la juventud y crean desasosiego con sus ilícitas actividades, muchos hogares de dignos mexicanos, están de luto porque padres e hijos, como ejemplares servidores públicos, defendieron la ley en contra de quienes la infringen y la vulneran con su criminalidad, nos aflige el duelo en las familias de las víctimas inocentes, generadas por circunstancias fortuitas o por el vil secuestro, la artera extorsión y el cruel asesinato”
Ante tal reto, el gobierno federal ha integrado ─ junto con los poderes legislativo y judicial y con la sociedad ─ un frente común para la contención del fenómeno delictivo, gradualmente, la violencia se acota y se rescatan áreas otrora en manos de la delincuencia. La convicción y el brío prevalecen, cada vez son menos las voces pesimistas y detractoras.
Y concluye “es inaceptable que algunos justifiquen el comportamiento delictivo aduciendo falta de empleo, carencia de oportunidades o la marginación, es obvio que la barbarie con que actúan estos criminales, no corresponde a un desempleado, oportunidades existen, pero hay que aprestarse para ellas y trabajar con esmero todos los días para conservarlas “
“prepararse, como lo hace la población estudiantil que asiste diariamente a las miles de escuelas y planteles de capacitación para estar en condiciones de sumar su ahínco al esfuerzo nacional, acerquémonos a los centros de trabajo y palpemos el ímpetu y ánimo que cada mexicana y mexicano imprimen a su jornada laboral”.