*El líder de los comunitarios de Coahuayana, Héctor Zepeda, advierte que no obedecerán a “Papá pitufo”
Luis Rosales Chávez|COLIMANOTICIAS
Coahuayana, Michoacán.- El líder de las autodefensas de Coahuayana Michoacán, Héctor Zepeda Navarrete, anunció que para ellos el mando único lo sigue encabezando José Manuel Mireles y solo de él recibirán ordenes, por lo que desconocen a Estanislao Beltrán “Papá pitufo” como el único vocero de los comunitarios.
Entrevistado en su base central en la parte trasera de la presidencia municipal, y a tan solo 20 metros donde se encuentra apostados elementos de la policía federal y el ejército mexicano, Héctor Zepeda dejó clara la postura de los autodefensas de esta zona: “nosotros estamos del lado del doctor Mireles, no podemos estar del lado de otras personas y nosotros vamos por un solo camino, que es acabar con los Caballeros Templarios, nosotros no pertenecemos a ningún cartel y eso la misma gente de aquí lo puede decir”.
Aclaró, que de aquí para adelante su única misión es cuidar su municipio para que la gente, los comerciantes y los agricultores vivan en paz.
Respecto a la posible intervención del gobierno federal para dividir a las autodefensas, Zepeda Navarrete dijo: “a nosotros no nos dejaron entrar a la reunión que se realizó (en Coalcomán) al parecer hubo problemas entre algunos grupos allá y solo unos cuantos se reunieron con el comisionado Alfredo Castillo y cuando salieron dijeron que habían destituido al doctor Mireles de ser el vocero, que ahora es el 5 y Papá pitufo, cosa que nosotros no lo aceptamos y por ello nos venimos muy enojados de allá”.
Versiones de medios nacionales dan cuenta que la enemistad entre Mireles y Estanislao Beltrán inició cuando se registró un balacera en Caleta de Campos, donde grupos de autodefensas intentaron tomar el puerto de Lázaro Cárdenas, pero en esta refriega, según la revista PROCESO en su edición no. 1957, hubo “fuego amigo” pues grupos de autodefensas mataron a cinco comunitarios de Caleta de Campos.
La versión es que los presuntos asesinos de esas personas eran comandados por un hombre apodado “El Plátano” persona allegada a José Manuel Mireles, acción que indignó a Estanislao Beltrán, lo que originó una ruptura entre ambos.