AMANECER POLÍTICO
Por: Felipe Díaz Cortez
Teóricamente, los aranceles a las importaciones son impuestos que un país impone sobre los bienes y servicios importados de otro país. Estos aranceles tienen múltiples propósitos, desde recaudar ingresos para el gobierno hasta proteger industrias nacionales de la competencia extranjera. Sin embargo, en esta ocasión es más un chantaje del presidente de los Estados Unidos a México porque según él, nuestro país no hace nada para contender el ingreso de opioides al vecino país del norte, ni frenar el ingreso de indocumentado que vienen del centro y sur del continente americano.
Antes de presionar con los aranceles, debería trabajar duro en convencer a su gente para no consumir tanta droga, sin temor alguno puedo decirles que los Estados Unidos en el país donde se consume la mayor cantidad de drogas. Y su red farmacéutica la mayor productora de medicamentos a base de opioides, fentanilo para ser precisos.
Los aranceles pueden ser una fuente significativa de ingresos para el gobierno, especialmente en países en desarrollo donde otros métodos de recaudación de impuestos pueden ser menos eficientes, pero en este caso, insisto es más un capricho de Trump para que México frene el paso de drogas e inmigrantes a los Estados Unidos. Pero nada hace el güero para detener el consumo y mientras haya quien compre, habrá quien produzca, elemental.
Los efectos de los aranceles varían. A corto plazo, pueden beneficiar a los productores nacionales al reducir la competencia. Sin embargo, a largo plazo, pueden tener consecuencias negativas. Por ejemplo, los consumidores enfrentan precios más altos debido a la falta de opciones más baratas. Esto puede llevar a una reducción en el poder adquisitivo y, en última instancia, afectar el bienestar económico general.
El impacto económico de los aranceles se extiende más allá de los precios al consumidor. Las industrias que dependen de materias primas importadas pueden ver aumentados sus costos de producción, lo que puede reducir su competitividad tanto en el mercado interno como en el internacional. Además, los socios comerciales afectados por los aranceles pueden responder con sus propias medidas proteccionistas, lo que puede desencadenar guerras comerciales, tal como se espera que ocurra con las acciones que ha comenzado el gobierno de los Estados Unidos contra México.
Un ejemplo reciente sería la guerra comercial entre Estados Unidos y China, donde ambos países impusieron aranceles recíprocos. Estas medidas no solo afectaron a los consumidores y empresas de ambos países, sino que también tuvieron repercusiones globales, alterando cadenas de suministro y afectando el comercio internacional.
En conclusión, los aranceles a las importaciones pueden ser una herramienta poderosa para proteger industrias nacionales y recaudar ingresos. Sin embargo, deben ser utilizados con precaución para evitar efectos negativos a largo plazo que puedan perjudicar tanto a los consumidores como a la economía en general. Quizá lo que ha motivado a Trump a recular un poco.
Pero esperemos que las repercusiones no se hayan más allá de lo puramente comercial, ya que tanto China como Rusia podrán entrarle en apoyo a México y al final es país más estropeado pueda ser el que por el destino tenemos al norte del Río Bravo.
Trump debe caminar con mucho cuidado porque entrará a un terreno muy fangoso donde seguramente no saldrá muy bien librado, sobre todo ahora que ya no es el mandamás de antes. Y un ejemplo ente en el gripo BRICS. Sino al tiempo.
AL MARGEN
Los empresarios y quien hoy pagan impuestos deben sentirse bien porque ahora su dinero es utilizado para crear infraestructura y buena parte para fortalecer el poder adquisitivo del pueblo, principalmente de
aquellos que menos tienen. Dinero que ya no va a parar en los bolsillos de los políticos deshonestos, que a través del efecto multiplicador activa a todas las actividades económicas del país.
*Las opiniones expresadas en este texto de opinión, son responsabilidad exclusiva del autor y no son atribuibles a CN COLIMANOTICIAS.