Loros no tiene con qué salvarse

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Por: Alex Berber

La temporada de la salvación se ha vuelto un torneo de pesadilla para los Loros de la Universidad de Colima. Transcurrido casi medio torneo, y a menos de que se vea un resurgimiento del equipo este sábado en el Estadio Universitario, ante Lobos BUAP, se puede concluir que el equipo de Jimmy Goldsmith no fue armado para salvar la categoría, en esta cada vez más competitiva Liga de Ascenso MX.

El equipo de Hugo Mora tocó fondo de una semana para acá. En casa, el sábado anterior, los Loros fueron desnudados por los Murciélagos de Los Mochis, equipo que venía en el último lugar de la competencia, y que se preveía como un triunfo obligado (no fácil, porque no hay partidos sencillos), ante la escuadra que ahora dirige a bien Marco Antonio “El Fantasma” Figueroa. Lo mismo pasó a media semana ante Tampico Madero, en el partido más importante del torneo, donde el equipo universitario recibió goles ridículos.

Sin embargo, el chasco de los cada vez menos aficionados que acuden al estadio se dio como un balde de agua congelada para una noble afición que está esperanzada en la salvación de un equipo que ha pasado por el Ascenso sin pena ni gloria, que ni siquiera ha logrado jugar algunos partidos en la Copa MX, para que la propia afición se enganche más con su escuadra, en potenciales partidos ante equipos de Primera División.

A menos de media temporada, hay una sensación de incredulidad y decepción en torno al papel de Loros ante el reto de la salvación. Los refuerzos que llegaron no han generado la mejora que se esperaba en el equipo. Si no fuera por el leve surgimiento de Eder Cruz, quien con sus tres goles le dio esperanzas al equipo hace algunas semanas, estaríamos hablando de que Loros tendría los mismos problemas del torneo anterior para anotar, y con las mismas pesadillas defensivas que lo sumieron en la mediocridad en el Apertura 2016.

Aparte de todo esto, falta un golpe de autoridad (de verdadera autoridad) del entrenador Hugo Mora. La zona de confort de los futbolistas universitarios es impresionante. Dan pésimos partidos y repiten la alineación al siguiente torneo; el mejor ejemplo es Stéffano Rodríguez, un futbolista que se entrega en el campo, trata de hacer funciones para las que no es apto, pero que pese a todo su desgaste físico, no mete una sola pelota; y el futbol no es atletismo, se trata de goles y él no los hace ni los genera.

El caso de Stéfano es emblemático porque fueron varios los partidos de local en los que fue abucheado, pero así como él hay jugadores de todas las posiciones que no tienen por qué tener garantizada la titularidad, y si no hay jugadores en banca que estén al mismo nivel para sustituirlos, entonces la culpa también recae en el cuerpo técnico y la directiva.

Jafet Camou, un ejemplo más. Ha sido pésima la temporada del que el torneo anterior fuera el arquero suplente de Loros; se dejó en la banca a Miguel Tejeda, un joven que además de darle identidad colimense al equipo, le sumaba minutos al tema de los menores, que ya vimos el torneo pasado cómo fue una pesadilla administrativa para el cuerpo técnico.

Una vez más lo repito: me parece que los futbolistas Loros no han entendido que el tema del descenso también podría acabar con sus incipientes o veteranas carreras. Algunos están apenas surgiendo en el verdadero profesionalismo, y algunos más están viviendo su segundo aire. Un descenso a la Segunda confirmaría que son, precisamente, jugadores de segunda.