AL DÍA

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    PARA LA REFLEXIÓN

    Por: Felipe Díaz Cortez

    En el sector turístico, como en cualquier otro sector productivo, la satisfacción del cliente debe ser la columna vertebral de cualquier acción. Y la satisfacción del cliente comienza con la calidad en la atención personal que se aplique; la calidad en los servicios y productos que se ofrecen; la infraestructura y su arquitectura que pasa por el mantenimiento y belleza de los espacios.

    Los espacios, los productos y los servicios que se ofrecen en el sector turístico, deben ser mejores que los espacios, los productos y los servicios donde cotidianamente se desenvuelven los turistas, sin importar los niveles socioeconómicos de nadie.

    Otro punto interesante en este caso, tiene que ver con las tradiciones, las costumbres y la belleza natural de los lugares turísticos, me explico: actualmente hay una tendencia muy marcada entre los viajeros a conocer la forma en que se vive en las diferentes partes del mundo; lo que busca un turista es conocer las tradiciones, las costumbres, la gastronomía y la cultura de los lugares que prefiere para visitar.

    Luego entonces es necesario conocer lo que busca o prefiere un turista o visitante al viajar y, desde este punto de vista si les ofrecemos lo mismo que tienen en sus lugares de origen, prácticamente estamos perdidos, para colmos en ocasiones ofrecemos productos de menor calidad y esto es peor.

    Por cierto, rara vez he visto a un norteamericano comprando una hamburguesa, como tampoco lo he visto entrando a una fonda de mala muerte.

    La tarea no es sencilla, pero menos imposible, lo que se debe hacer es elaborar estudios en los mercados emisores para conocer las preferencias de la gente que viaja y de paso, motivar a que otros viajen, pero darles lo que buscan para interesarlos más en el destino.

    Si buscan ecoturismo, desarrollemos hermosos lugares que los enamoren, lo mismo en otros segmentos como el deportivo, religioso, médico, cultural, gastronómico, etc.

    Colima cuenta con riquezas incalculables, tanto en calidad humana, como en naturaleza y otros atractivos más, en un espacio muy reducido que lo hace todavía más interesante; cuenta con una gran diversidad en recursos de todo tipo, falta que se haga una estrategia efectiva que los impulse y desarrolle.

    Cierto que la promoción es importante, pero antes de vender la leche, debo tener la vaca que la produzca, ¿o no?. Y no cualquier vaca, sino una vaca bonita, gorda, bien alimentada y no famélica y enferma que me corra a los clientes.

    Al margen: si quieres progresar no temas a los errores, sólo que cuida de no cometerlos dos veces. Si un camino no te lleva al éxito, no lo recorras dos veces, toma otra vereda, pero no te rindas.