UN TIGRE SUELTO EN LA SEP

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TAREA PUBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana

Por estos días apareció un tigre suelto en la Sep, pero no fue un animal salvaje desesperado y furioso dispuesto a atacar, sino un problema que tiene repercusiones porque está afectando la educación de cientos de menores que concurren a los Cendis, entidades educativas privadas y públicas a la vez. Privadas porque generan ingresos y hay lucro de por medio y públicos porque reciben subsidio, muy generoso, de la Federación. Y con frecuencia, o mejor dicho, por norma, no rinden cuentas claras de los millonarios recursos presupuestales etiquetados que manejan.

El Partido del Trabajo es una estructura de poder político que lo ha ejercido a plenitud bajo la ayuda del régimen en turno. Lo manejan sus propios dueños, personajes siniestros los más. Ante la decadencia de partidos mayoritarios, el Pt siempre ha estado presto a negociar para ayudar a salir del hoyo a los hermanos mayores. Es así como mantiene un estatus acomodaticio que le permite sobrevivir.

El lector seguro recuerda el escándalo que tuvo como actor al dirigente estatal de ese partido en Aguascalientes, quien presuntamente habría dispuesto de 100 millones de pesos   que turnó a cuentas particulares, entre las que aparecieron una a nombre de la esposa del dirigente nacional Alberto Anaya y que por ello compareció a un juzgado. Posible prevaricación organizada a la vista.   En los últimos ocho años, el Partido del Trabajo (PT) ha recibido 4 mil 162.8 millones de pesos en fondos federales por manejar centros educativos. Un dineral. La partida fue creada en 2007 para financiar los gastos de operación y la nómina de 75 Cendis en 18 entidades federativas, citó la ASF. Pocos negocios tan lucrativos como este.

Pero últimamente, Alberto Anaya su propietario, no obstante haberse beneficiado del Pri para conservar el registro, rompió tratos con el régimen peñista y la verdad es que no se como nadie de los dueños y operadores del Pt ha pisado aún la cárcel por malos manejos financieros. Nomás los traen en jabón, pero andan libres los malandrines.

La consecuencia de esa ruptura política la tenemos en Colima con la cancelación temporal de recursos federales para los cendis, donde también ese partido rompió con el Pri al jugar por Morena. Difícilmente encontrarán los interesados una respuesta rápida a su petición de desatorar los recursos para ejercerlos este año.

Bien por el gobernador Ignacio Peralta que ofrece instalaciones educativas al avizorar tales dificultades. El gobierno estatal está presto a facilitar la prestación del servicio educativo en escuelas públicas si el tema no se resuelve en un plazo corto. El año lectivo está muy avanzado y no hay tiempo que perder para encontrar una solución.

Hay una lección por lo pronto: no se debe mezclar la cuestión educativa con la política partidista. El Pt es una entidad pública que tiene fines distintos a facilitar la enseñanza en los niveles inferiores, y menos a niveles superiores, lo que provocará esa anormalidad a la larga y se convertirá, si no lo está ya, en un cochinero complicado de limpiar.

Es positivo que padres de familia, docentes y dueños del Pt se reúnan con el gobernador para hacer un frente común ante la SEP federal para “emplear un método jurídico” y destrabar ante la contraloría general la entrega del recurso faltante del año 2016, suma que asciende a los 4 millones y medio de pesos. Han de reconocerle al gobernador su interés por la causa petista muy a pesar de que juega contra el partido donde él milita.

Si no pone el gobierno un alto a ese tipo de relación con el Pt, al rato querrán poner centros educativos el PES, el PANAL, PRD, PVEM, o cualquiera otro. Es más, me extraña que todavía no hayan visualizado esa oportunidad de negocio pues también a eso se dedican los partidos.

La Sep debe ser manejada con una gran sensibilidad, inteligencia y profesionalismo para que no surjan problemas como el que comento. Que no tiemble la mano a sus directivos cuando tengan que decir no a alguna propuesta o proyecto que pueda causar daños irreparables. Por lo pronto, que alguien amarre a ese tigre.