UN FESTEJO AUSENTE

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Por: Manuel Godina Velasco

En mi más reciente obra editorial, intitulada El Estado Libre y Soberano de Colima, que fue publicado por el Gobierno del Estado, en ocasión del 160 aniversario de la erección de nuestra entidad, como parte de los Estados Unidos Mexicanos, cuyo acto jurídico-político  tuvo lugar el 11 de marzo de 1857;  en el capitulo Epílogo, de la mencionada obra,  formulé algunas propuestas, muchas de las cuales se han venido cumpliendo.

La primera propuesta fue el corregir el grave error histórico que por más de 100 años  se vino observando en materia cívica, al festejar, junto con la promulgación de la Constitución de 1917, cada 5 de febrero,   la celebración de la erección de Colima como Estado de la Federación, lo que estaba equivocado.

En atención a mis investigaciones históricas y a   los argumentos de carácter jurídico  sostenidos por los destacados doctores en Derecho, Francisco Rivera Alvelais y Guillermo Ruelas Ocampo,  mismos que fueron incorporados  en la obra, el H. Congreso del Estado, en Solemne Ceremonia cumplió con lo  ordenado por el Decreto 252, expedido por la LVIII Legislatura para declarar el “Día 11 de marzo de cada año como Día del Estado Libre y Soberano de Colima.”

En la obra de mi autoría propuse también,   la celebración,  mediante una sesión solemne,  del 160 aniversario de la Instalación de la Primera Legislatura y de los otros dos poderes del Estado, ceremonia que acertadamente tuvo lugar el 19 de julio anterior.

No obstante que una mis propuestas, es que la famosa cripta abandonada por muchísimos años, que el paso del tiempo, la exposición al sol, las lluvias y la humedad han deteriorado,   que ya muchas de sus descripciones de los nombres que guarda esa tumba,  se leen con dificultad. Pues bien, gracias al interés del joven Secretario de Cultura, Carlos Ramírez Vuelvas, a otro día de la presentación de mi libro, acudimos el 10 de marzo anterior  al auditorio de Centro Cultural Adolfo Mexhiac, ubicado en Jardines de la Corregidora, donde el anterior Delegado del INAH, Roberto Huerta Sanmiguel, con sus técnicos restauradores, nos presentó un proyecto de restauración, con el compromiso de terminarlo en el mes de julio, para estar en condiciones adecuadas de  realizar  los actos conmemorativos de la muerte del primer gobernador de Colima, Manuel Álvarez, que esa cripta guarda en su interior.

Pero como ocurre con algunos delegados federales que tenemos en Colima, Roberto Huerta, parece que tuvo unas largas  vacaciones, ya que poco le interesó su compromiso adquirido con los colimenses, dejó el cargo el 3 de agosto  para hacer quedar mal al gobernador y al secretario de Cultura, quienes tenían interés en entregar esa obra terminada precisamente este día.

Si a esto le sumamos la absurda negativa de algunos lejanos familiares del ilustre liberal sacrificado hace 160 años, para que sus restos sean depositados en el magnífico monumento erigido en su honor el Villa de Álvarez, para cumplir con lo señalado en los decretos expedidos, uno con fecha 18 de septiembre de 1857 y otro con fecha 1 de agosto de 1957, donde se ordena (el decreto es una ley) el traslado se esos restos de la cripta levantada en el atrio de la iglesia de La Salud, al monumento en la Villa, no se entiende ni se acepta la intransigencia y el desacato a dichos decretos por parte de esos familiares.

Para cualquiera de nosotros sería una distinción y un verdadero orgullo que los restos mortales de un familiar reposaran en un lugar de honor donde las actuales y las nuevas generaciones rindieran culto y tributo a su memoria, con mayor razón en este caso,  que se trata del más grande héroe local en la vida política colimense, para  no dejarlo en el abandono del patio de una iglesia donde nada tienen que hacer, ya que allí, ni hay el espacio, ni tiene las condiciones para rendir homenajes anuales a dicho prócer declarado Benemérito de Colima.

Como autor del libro, como escritor y periodista, pero más como ciudadano liberal que procura el respeto a nuestros paladines que ofrendaron su vida en aras de la libertad y el futuro de nuestro querido estado,  espero que para el16 de octubre, en ocasión de los 160 años de la promulgación de la primera Constitución, se organice una magna ceremonia luctuosa en memoria del primer gobernador de Colima, para enmendar la omisión del gobierno de Silverio Cavazos que no hizo ceremonia alguna en ocasión der los 150 años de la erección de Colima, al mismo tiempo que subsanar la grave falla de la Delegación del INAH al no entregar una obra restaurada como era su responsabilidad, lo que ocasionó la falta de una digna celebración en este día.