Por Gustavo López Solórzano
“Al hombre se le puede arrebatar todo, salvo una cosa: La última de las libertades humanas-la elección de la actitud personal que debe adoptar frente al destino- para decidir su propio camino”. Viktor Emil Frankl, sobreviviente del holocausto nazi.
En 1956 la Lepra, la malaria y el paludismo, representaban históricamente algunos de los enemigos a vencer por el organismo adecuado para atender la salud social en Colima, además del servicio que se prestaba con los programas antilarvario, antivenéreo, higiene de alimentos y materno infantil entre otros. Para lograrlo se contaba entonces con hospital civil de 98 camas, mientras que en el puerto de Manzanillo funcionaba una unidad sanitaria y un hospital civil con 80 camas, además de un hospital rural en Tepames y centros de salud en Tecomán y Comala, complementándose éstos con los servicios médicos rurales cooperativos en el Trapiche, Tecolapa, Suchitlán y Cerro de Ortega.
De mi época de infancia recuerdo vagamente a un señor bajito de estatura, entrado en años y con un carácter de pocas pulgas que usaba sombrero, bastón y traía un maletín repleto de expedientes para el cumplimiento de sus funciones. Trabajaba para salubridad, (Secretaría de Salubridad y Asistencia) era el término que se usaba entonces para referirse a la hoy Secretaría de Salud y solía llegar a tomarse una helada con un sastre amigo de mi familia, agua fresca por supuesto, Colima siempre ha sido tierra de calor. Cumpliendo con su trabajo, en ocasiones y seguramente, propio de su edad, le daba por regañar (sin faltar al respeto) a quienes no se ajustaban a los aspectos normativos de ese entonces y recitaba casi al pie de la letra los articulados convenientes para la ocasión. Su oficina estaba en la avenida 20 de noviembre, justamente de ahí salían las enfermeras jeringa en mano, para hacer realidad las “aterradoras campañas de salud” una vez pasado el susto, exclamábamos con aire triunfal “ni me dolió”.
Actualmente nuestro estado es uno de los más avanzados en el país en lo que se refiere a salud y está considerado por el gobierno federal como un estado en donde se gobierna con un sentido humano. “La concebimos (nuestra entidad) como un laboratorio en donde se está consolidando lo que se ha hecho bien y en donde se está innovando hacia dónde queremos ir los mexicanos en materia de salud” según lo afirmó Eduardo Jaramillo Navarrete, Director general de Promoción de la Salud del gobierno Federal en un visita que realizó a nuestro estado. Naturalmente es una respuesta al trabajo que el Lic. Mario Anguiano Moreno, tiene establecido en el Plan Estatal de Desarrollo 2009-2015 para mejorar la calidad de vida de los colimenses. Al respecto, Agustín Lara Esqueda, ha sabido coordinar los esfuerzos institucionales y aplicado su mejor esfuerzo para cumplir con nuestra sociedad.
ABUELITAS:
Bélgica, Gran Bretaña, Bulgaria, Alemania, Irlanda, Eslovaquia, Polonia y Francia a partir del 16 del presente por decreto, son países europeos que han prohibido el uso de la semilla MON-810. Lo anterior por ser transgénica “Según datos científicos fiables y muy recientes investigaciones internacionales, el cultivo de semillas de maíz MON 810 (…) presentaría graves riesgos para el medio ambiente así como un riesgo de propagación de organismos dañinos convertidos en resistentes”, indica el texto. También han sido tomados en cuenta los apicultores y activistas quienes consideran que el polen podría ser “devastador para la población de abejas” y por ende para la vida del planeta, incluyendo a los humanos por supuesto. Ojalá México decida sumarse ya. Es cuánto.