TONALTEPETL

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Por: Gustavo L. Solórzano

Cuando el fuego se presenta, la severidad con la que ataca es para tomarse en cuenta de inmediato, mayormente si se trata de vidas humanas, o de fauna y flora. Combustible, calor y oxígeno, son la base para que se manifieste un incendio; en Colima,  existe gente que recuerda el incendio de la Cosmopolita, una antigua tienda que fue reducida a cenizas al igual que la Casa Ruiz o la Casa García. Lo anterior, por mencionar tan solo tres ejemplos que marcaron la historia de nuestra ciudad en el siglo pasado. Sin embargo, no son las únicas propiedades cuyos dueños se han quedado literalmente sin nada, muchas personas han perdido materialmente todo víctimas de un incendio en sus hogares.

Recientemente, el vecino estado de Jalisco se ha visto afectado en forma crítica por incendios forestales de magnitud considerable y dicen algunos que hasta “sospechosa”, ya no digamos preocupante. Sea cual sea el origen, me inquieta sanamente que ningún intelectual o potentado, menos las autoridades, se pronuncien en bien de la tierra. Con el título “Hay 10 incendios forestales activos en el Sur de Jalisco; continúa alerta” Oscar Cervantes, reportero de esta casa editorial da triste cuenta de ello. ¿Acaso a nadie le importa lo que sucede con la tierra, sus humanos y su fauna? ¿Es necesario ser un viejo mueble cargado de lujosa historia para que las almas caritativas se manifiesten? Qué triste que una vez más, la historia sea falsamente escrita por los poderosos, por los que tienen dinero para sobrevivir a la catástrofe.

Hijo prodigo de Aguililla, Michoacán, el “Caballeroso” Prof. Juan Oseguera Velázquez,  conoció los oficios de bolero, telegrafista y carpintero, entre otras importantes enseñanzas. Hacendado en Colima, hizo suya esta tierra y durante toda su vida, sin olvidar su origen, difundió las bondades de nuestro estado a través de importantes publicaciones. Maestro, periodista, escritor y político, fue miembro de diversas agrupaciones, como la Asociación Colimense de Periodistas y Escritores y la Sociedad Colimense de Estudios Históricos, por señalar un ejemplo, también fungió como cronista de Tecomán, diputado en la legislatura número XXXVIII y servidor público de la Secretaría de Educación. Más allá de lo anterior y sin duda alguna, fue una persona a quien no la arredró crisis alguna y supo ser hombre de su tiempo.

Algunas escuelas de educación básica y media superior llevan su nombre. Existe también un jardín mal llamado “el jardín de los borrachos”, cuyo real y honroso nombre es el de Juan Oseguera Velázquez. Por cierto, el año pasado que se cumplieron 25 años de su partida al eterno oriente, el presidente municipal Leoncio Morán Sánchez, develó una placa con el nombre del profesor en el jardín que señalo y personal del ayuntamiento realizó mejoras en el, a fin de darle un digno realce a ese denostado espacio público. Hoy lo recuerdo con aprecio y respeto, le agradezco a mi amigo y hermano, Álvaro Rivera, “Rima”, por traer a mi memoria la presencia del Prof. Juan y con ello, un cumulo de gratos momentos, el Prof.  fue mi primer jefe en la Secretaría de Educación y sin duda, conservo bellas enseñanzas. Si estuviera aquí, el próximo 16 del presente cumpliría cien años de vida.

ABUELITAS:

Convocados por el ayuntamiento de Colima y atendidos afectivamente por el Prof. Cesar Cárdenas López, el pasado sábado tuvo una excelente presentación la Rondalla Magisterial que atinadamente dirige el Prof. José Enrique Cortes Gaytán. Con un repertorio seleccionado, la Rondalla brindó un agasajo musical a todas las madres y al público en general que se dieron cita en el jardín Torres Quintero de nuestra ciudad. La palabra mágica para los artistas del amor, ¡otra, otra, otra! No se hizo esperar y gustosos complacieron al selecto auditorio. Felicidades a todas las mamás por su pasado día social y mi oración por todas las que ya no están en este plano. Es cuánto.