TONALTEPETL

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Por: Gustavo L. Solórzano

Cuando era niño, vi una película de una niña que vivía en un orfanatorio bajo condiciones humanas y afectivas, deplorables.  La responsable del centro era una magnifica actriz que llevaba al espectador de la mayor calma a la ira apocalíptica. La película derivó de una tele novela y sin duda, en el México de ayer representó un gran éxito. Fue una película que guardé en mi memoria por lo crudo de una realidad que retrata el interior de algunas instituciones que se alejaron del amor al prójimo y convirtieron esos espacios en verdaderos negocios y espacios para descargar la frustración de quienes ahí laboran.

Lamentables sorpresas ha vivido la sociedad, al enterarse de ciertos hechos en los que menores y personas de avanzada edad, sufren el abominable abuso de quienes están para servirles. Hoy las instituciones que brindan este tipo de servicios están vigiladas por las autoridades competentes y aunque de vez en cuando salta un garbanzo de a libra, pienso que de manera general cumplen su función. Los medios informativos dieron cuenta del Asilo de ancianos de la Armonía, por citar un ejemplo y de otros lugares parecidos cuando algo se ha salido de la norma.

Hoy la palabra orfanatorio ya no se usa y en su lugar el término es casa hogar, y en ocasiones albergue. Precisamente hoy traigo al presente a Frederick Frances y Francis Welsmiller, quienes en el año de 1973 fundaron la Casa Hogar de San José de los Huérfanos. Francis Welsmiller era un hombre de gran corazón que abrazó la religión hasta ordenarse en 1944  y de ahí la cruz de Cristo.

Aunque su obra física se interrumpió en el 2008 cuando el faltó, su legado sigue vigente y su ejemplo más vivo que nunca.  

Hace unos días, miembros del recientemente creado Consejo Estatal Ciudadano para el Bienestar de Colima, visitaron precisamente esta Casa Hogar, fundada por el Padre Welsmiller. Más allá de salir en la foto o tan solo entregar un regalo, la sana idea fue la de llevar un momento de amor y convivencia para los pequeños que han hecho de ese lugar su hogar. Las causas que llevan a los niños a permanecer en ese lugar quiero omitirlas, solo le comparto que el hambre que ellos tienen es fácil de llenar, amor real, es la fórmula y un poco de tiempo para compartirlo de manera desinteresada.

Ver la alegría en los rostros de los menores, sentir el cálido abrazo que de corazón entregan o la ternura de su inocencia pura, en espera de ser correspondida, es inenarrable. Sobra decir que fue una tarde llena de magia y colorido, de verdadera fiesta. Una tarde que quedó grabada no solo en el corazón de aquellos pequeños, sino en el alma de quienes les visitaron. Felicidades al personal que atiende la Casa Hogar de San José de los Huérfanos, por su trabajo y entrega permanentes, bien por el Consejo Estatal Ciudadano para el Bienestar de Colima, que sigue haciendo camino.

Posdata: si usted gusta, puede ayudar económicamente o en especie, todo es bienvenido.

ABUELITAS:

Luego de siete años al frente del Instituto Tecnológico de Colima, el Ing. Saturnino Castro Reyes, ha cumplido su ciclo con la institución. Dinámico y comprometido con la educación, el Ingeniero Saturnino, supo proyectar al Tecnológico de Colima y colocarlo como una casa de estudios vanguardista. Así mismo, supo mantener la cordialidad laboral y estudiantil generando un ambiente de calidad y calidez. Gracias Ingeniero amigo por entregarte a la educación de nuestro estado, te expreso mi sincero deseo de éxito a donde quiera que vayas. Es cuánto.