TONALTEPETL

0

Por Gustavo L. Solórzano

La Cruz Roja y la Media Luna Roja representan sin duda, la cara más pura de la compasión
humana. Desde su creación, Juan Enrique Dunant lo hace pensando en ayudar al prójimo, pensando inicialmente en quienes sufren los estragos de la guerra en su época. Hombre de negocios, suizo, filántropo y activista de la causa humanitaria, Juan Enrique Dunant recibió el primer Premio Nobel de la Paz años después. Dunant militó en su juventud en movimientos cristianos que seguramente lo sensibilizaron hacia el bien.

La Cruz Roja jamás interviene en situaciones ajenas a las que conforman su estructura, son siete principios fundamentales que la rigen en ese sentido: Humanidad, Imparcialidad, Neutralidad, Independencia, Servicio voluntario, Unidad y Universalidad. Estos principios fueron proclamados en Viena en el año de 1965 y con ellos se garantiza la continuidad del movimiento de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y su labor humanitaria. Esto es, una tendencia permanente que tiene como responsabilidad primordial proteger la vida y la salud, así como a hacer respetar a la persona humana. Favoreciendo así, la comprensión mutua, la cooperación y una paz duradera entre todos los pueblos.

Entendiblemente lógico, la benemérita Institución es atendida desde su creación por seres humanos como usted y como yo. Personas que tienen aciertos y errores, gente que tiene corazón, tiempo, voluntad, conocimiento y los pone al servicio de los demás. Personas que acuden al llamado en diferentes circunstancias y que se exponen, arriesgando incluso su vida, para cumplir, humanos al fin. Recalco lo de humanos para que quienes formamos parte de esta sociedad lo tengamos presente. Las instituciones y quienes las conforman están ahí para servirnos.

¿A dónde vamos a parar?

El asunto de la caseta de Cuyutlán se pone cada vez más tenso, es urgente que las autoridades del ramo atiendan esta situación para muchos injusta. Amenazas serias, graves y situaciones de gran tensión originadas por un grupo de choque contratado al parecer por la empresa Pinfra, se han convertido en el mal pan de cada día. Mal se ve sin duda, la empresa (ir) responsable al asumir este tipo de actitudes que van en detrimento de la paz social y de la credibilidad en su disposición para resolver favorablemente esta inconformidad. Está en su derecho (la empresa) sin duda, de defender y cuidar su patrimonio, mas nunca la violencia ha sido el camino para encontrar o llegar a la
solución.

Vecinos de San Francisco están contentos porque ya casi termina la remodelación y preguntan si ésta, incluye mejorar el alumbrado público, pues por las noches los arbotantes actuales dejan mucho que desear y la penumbra representa un riesgo para las familias y transeúntes, principalmente a estudiantes y dependientas que transbordan para llegar a sus domicilios.

ABUELITAS:
Si la vemos desde nuestra humanidad la muerte siempre es injusta, nadie estamos preparados para recibirla ni de visita. Nos han enseñado a temerle, a verla como algo trágico y doloroso. Olvidamos que es lo único seguro e esta vida, el mismo Jesús sabe que cada día muere un poco. “lo único seguro que tenemos es la muerte”, decía mi abuela. Quizás sirva de consuelo pensar que cuando alguien muere se va de viaje y un día volveremos a encontrarle, quizás para no separarnos más. Sirvan estas líneas burdas para decirte que estoy contigo Clau… me uno a ti en tu duelo por la partida de José Antonio. Es Cuánto.