TONALTEPETL

0

Por: Gustavo L. Solórzano

Desde hace algunos años la tierra está en crisis, se prepara para un cambio y con él, una exterminación masiva de manera cíclica y natural que le permitirá depurarse; es decir autoresetearse y con ello, trabajar para su sanación. Sin duda no es necesario acudir a una pitonisa ni consultar al Oráculo, solo basta observar el mar, la escasa lluvia, los volcanes, las tormentas eléctricas, el suelo erosionado, el derretimiento del hielo en los casquetes polares, la extinción de las diversas especies animales, la violencia e indiferencia humana, etc.

Si usted como yo, se da una vuelta por los denominados centros comerciales o plazas, se dará cuenta de que aparte de los precios disparados y las ofertas falsas, es obligado pagar para comprar, si así como lo lee. Seguramente que ya se dio cuenta, eso ante la complacencia de la autoridad correspondiente, pues por ley es obligatorio que los comercios de este tipo ofrezcan a sus posibles clientes compradores un espacio para estacionarse y servicio de sanitario, entre otros. Sin embargo a nadie parece preocuparle, o sea, ni a los visitantes que va a comprar, abonar o simplemente a pasear, entonces con mayor razón a la autoridad menos.

Educación: en una mañana esplendorosa y bajo un cielo azul, los corredores están en cuclillas listos para escuchar el silbatazo de arranque. Hombres y mujeres seleccionados en sus respectivas escuelas y orgulloso de llevar en alto el uniforme escolar. Ocho carriles, ocho competidores, el público emocionado y lleno de incertidumbre espera el momento para corear las porras a su favorito; José paso mala noche y durmió poco, pudo más su emoción que su molestia, fue el primero en llegar y aunque adolorido y desvelado está ahí. El sonido del silbato rompe el silencio y los corredores se desplazan por la pista llenos de entusiasmo rumbo a la meta, ninguno duda, todos aplican su mejor esfuerzo, son jóvenes y fuertes, sus padres desde la gradería los alientan, de pronto; lo inesperado, José rueda por la pista de Tartán ante una exclamación generalizada, después el silencio total.

Se lleva a cabo la paralimpiada y jóvenes con síndrome de Down acuden de diferentes planteles para participar y conquistar el triunfo. No se conocen y en su mente traen la información aprendida en su escuela, lo que su maestro de educación física les indicó, aquello para lo que fueron preparados tras horas de entrenamiento, ganar.

En la caída José ha sufrido no solo raspones y torceduras, sino también la pérdida de tiempo, esfuerzo e ilusiones propias y de los suyos. En breves instantes pasa por su mente todo lo vivido, las recomendaciones de su entrenador y la bendición de su madre. Las palabras de su padre resuenan en sus oídos, “todo estará bien hijo”; lágrimas y sudor se fusionan en un líquido de sabor amargo, el de la derrota.

De pronto, el silencio se convierte en algarabía y los aplausos no cesan, todos los corredores detienen su marcha para regresar sobre sus pasos y ayudar a José para que se ponga de pie, la carrera continúa, esta vez todos van juntos con los brazos entrelazados, así llegaron a la meta…

ABUELITAS:

Cuando el servidor público no está preparado para que la sociedad le haga señalamientos sin duda tampoco lo estará para servirla. La misión más importante de todo servidor público es la de atender con prontitud, amabilidad y eficacia a quienes demandan de sus servicios hasta la conclusión de lo solicitado, pugnando siempre por tener un equipo de trabajo integrado para ello. Un servidor público no debe tener dos caras, una para el de arriba y otra para los de abajo; lamentablemente sucede, abundan, es cierto. Lo mejor de todo es que nada es para siempre, es cuánto.