TONALTEPETL

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Por: Gustavo L. Solórzano

Agazapado en la penumbra de su miseria, entra y sale para llevar y traer, no sabe que el agua que el convirtió en lodo, se irá directo a su molino. Como todos los cobardes, se escuda en la bandera con que navega. Sigue sin aprender, nada le han dado de lo que casi ha exigido, sin duda es porque nada, merece. De nada le sirve publicar supuestas influencias, llamadas que recibe de gente importante, sigue siendo el mismo, desleal y oscuro, su paga llegará. Manuel de la O. escritor argentino.

“El río ya no canta y corre por el… desperdicio inmundo en lugar de pez, vomito de fábricas  han vaciado en él y se muere el árbol de la sombra fiel”. José María Napoleón.

Ya en otra colaboración comenté sobre el rio Colima, mi madre nos contaba que cuando era niña, en tiempo de lluvias la corriente crecía tanto que podía sentirse la vibración bajo sus pies y que hasta temían que el rio se llevara el puente. Un día pasó eso y unas personas casi pierden la vida en ello, con todo y taxi.

Los circos que llegaban a Colima aprovechaban el rio para bañar y dar de comer a los elefantes y otras especies menores. Sus aguas limpias y cristalinas servían de hábitat para garzas, peces de diferentes variedades como la doradilla y la chopa, entre otras.

Con mi amigo Rafael Briceño Blancarte y otros más, nos reuníamos a convivir todas las noches afuera de su casa o a jugar fut en el puente, más de una vez recorrimos el rio en una aventura llena de fantasía. Su abuela Doña Luisa era una mujer como todas las abuelas, tenía un corazón de oro. Ahora están juntos con el creador. En noches de tormenta recorríamos las calles aledañas para ver a quien podíamos ayudar, sobre todo cuando se iba la luz.

A Rafa le salía muy bien el grito de Tarzán al estilo de Johnny Weissmüller (Peter Johann Weissmüller. Naturalmente cuando andábamos en el rio le pedíamos que nos deleitara con él.

Eran otros tiempo y la ciudad y nuestro rio estaban limpios, tanto que podíamos bañarnos en el sin más problema que cuidarnos de que no llegara la creciente.

Hoy el rio va lleno de desperdicios, plásticos, fierros y hasta colchones, sin que nadie al parecer, pueda hacer algo para evitarlo. Gente sin conciencia envenena la poca agua que dejan quienes ordeñan el rio en su parte alta. De poco o nada sirven las recomendaciones que las autoridades emiten, pues lamentablemente personas insensibles y enemigas de la limpieza siguen contaminando. Parece que no queremos darnos cuenta de que el daño a nuestro medio ambiente es un daño que nos hacemos a nosotros mismos. Lo hemos visto en esta temporada de calor, hacen falta árboles que llamen a la lluvia y que estos limpien el aire que respiramos, hacen falta personas que se comprometan consigo mismas y luchen amorosamente por tener un mejor lugar para vivir, hacen falta servidores públicos que dejen de pelear por una posición y hagan de verdad algo sin esperar nada a cambio. Lo he repetido, si las campañas les costaran a los candidatos, a ver si se iban a pelear por ser los seleccionados.

ABUELITAS:

Al sonido del campanero que trabajaba para el ayuntamiento, la gente sacaba su basura, no un día antes, como suele pasar hoy, dando margen con ello a que algunos perros callejeros la desparramen, generando contaminación y peor aún, con riesgo de enfermarse por algún desperdicio en descomposición. La gente barría el frente de sus casas y la calle, aun cuando esta solo fuera empedrada. La gente se saludaba al pasar con gusto y cortesía, los chiquillos del barrio corríamos con cierta libertad por las calles hasta llegar al jardín. No más de las nueve porque la chancleta o el cinto eran nuestra mejor terapia, nos alineaban los chakras de un sopetón. Es cuánto.