TONALTEPETL

0

Por: Gustavo L. Solórzano

Historias de la vida real, ¿Qué tan cotidianas? Omito nombres para no entorpecer las investigaciones.

Los estudios arrojaron un resultado nada alentador a simple vista, cáncer en una parte de su cuerpo. La impresión dejó sin aliento a la “impaciente” que aterrorizada por la abrupta forma en la que recibió el apresurado y falto de otros estudios, diagnóstico; rompió en llanto junto con su marido que la acompañaba en ese instante. “es urgente operar” le dijo el especialista, “le cuesta …” la angustia se duplicó al escuchar la estratosférica suma que el médico proponía obtener por el servicio prestado, obviamente una cantidad que ni en sueños podría reunir “la impaciente”, al menos no con la rapidez planteada.

Con la esperanza en su rostro “la impaciente comentó” “Disculpe Doctor, soy afiliada al … ” la respuesta terminó por helarle no solo la sangre sino el alma, “en esa institución no se hacen esas intervenciones, además yo no estoy ahí”. Ante la impotencia de su necesidad económica buscó otras opciones y además confirmar si el diagnostico era el correcto o no, aunque venia de un especialista, en el fondo de su corazón albergaba la esperanza de que fuera una equivocación.

La respuesta de otro especialista terminó por derrumbarla, “si es cáncer señora, le cuesta…” aunque los nuevos honorarios representaban la tercera parte de lo que cobraba el primer médico, sabía que sería difícil reunir la cantidad planteada. Algo que jamás imaginó fue que el primer médico resultó ser titular de la institución a la que ella se encontraba afiliada y que estando internada durante una crisis, el mismo la remitió a su casa, diciendo que no tenía nada, no sin antes recetar generosamente una un medicamento para dolor y desinflamación, si, ese que usted se está imaginando.

Ojalá no le enrede con tanto rollo, continúo, finalmente fue intervenida de emergencia y bendita sorpresa, no era cáncer, si un tumor que había invadido un órgano de su cuerpo, mismo que tuvo que ser extirpado. Ahora ella se recupera gracias a Dios. Hasta aquí la historia, si usted la lee bien se dará cuenta de lo lamentable de este hecho y de como muchos pseudo profesionistas lucran con el dolor de la gente y más allá de ello, defraudan no solo la confianza que depositan sus pacientes sino de la sociedad misma y de las instituciones que les respaldan. Recuerdo en este momento a mi madre que ante ciertas circunstancias decía, “en su salud lo hallarán”.

ABUELITAS:

Excelente velada la que ofreció el Gobierno del estado con los grupos artísticos de la Secretaría de Educación la noche del sábado. Los colimenses ahí reunidos disfrutaron la magnífica presencia musical de la Rondalla Magisterial, por citar solo un ejemplo. Sin duda un gran acierto con motivo del doscientos siete aniversario del inicio de nuestra independencia. Felicidades y que sigan los éxitos. Es cuánto.