Por: Gustavo L. Solórzano
El dengue y los díceres de la gente, “dicen que”, es común que la gente suele agregar un poco más de lo que realmente sucede a sus pláticas. Sin embargo existen temas en los que esos comentarios se quedan cortos, ya que muchas veces las autoridades responsables quizás para evitar alarmar a la población, evitan difundir la realidad de las circunstancias. Finalmente lo importante es que tengamos claro cómo podemos ayudar para evitar que este tipo de problemas se expanda. “La presencia de la enfermedad en México ha aumentado en los últimos 14 años en 30 estados de la república,” si, leyó usted bien; en 30 estados, eso quiere decir que casi el cien por ciento de nuestro país es vulnerable a esta enfermedad infecciosa. Indudablemente los meses de lluvia son los de mayor riesgo y las zonas costeras suelen verse mayormente afectadas.
Se sabe que el virus del dengue es un arbovirus (Arthropod-Borne-Virus – virus transmitidos por artrópodos), su mecanismo de transmisión es a través de la picadura de un mosquito del género Aedes, siendo el vector principal Aedes aegypti, aunque también ha sido encontrado en otras especies, como Aedes albopictus, Aedes poliniensis y Aedes mediovitattus. Las hembras adquieren el virus al picar a un portador, de ahí se trasmite a las personas que son víctimas de su picadura. La sintomatología es niños se caracteriza por cuadro febril, enrojecimiento de orofaringe, rinitis moderada, tos, molestias gastrointestinales leves, y exantema. En adultos también se manifiesta fiebre elevada, de inicio agudo, con una duración promedio de 6-7 días, cefalea frontal, dolor retroorbital, mialgias y artralgias muy intensas (“fiebre quebrantahuesos”), náusea, vómito, diarrea, erupción cutánea que se caracteriza por un enrojecimiento en zonas de la piel que se cubre con pequeñas protuberancias, con petequias de color rojo brillante, las famosas manchitas en la piel.
En el 2015 nuestro estado se encontraba en el lugar número cinco a nivel nacional, de acuerdo a la Secretaría de Salud. Actualmente la Institución hace un llamado a la población a fin de evitar que se vaya a salir de control la enfermedad por causa de las lluvias y sobre todo, por descuido. Sin duda, la fumigación no es lo más adecuado para combatir este problema de salud pública, sin embargo se recurre a ella en el sano afán de controlar y evitar su expansión. Aquí lo mejor es la conciencia social y el compromiso para mantener limpias nuestras viviendas evitando tiraderos, cacharros abandonados, maleza crecida en exceso, etc. Aunque en el presente año se tienen registrados 31 casos, ni el mosco ni la enfermedad tienen palabra de honor, así que es necesario colaborar con las autoridades haciendo la parte que nos toca, mantengamos limpios nuestros espacios, hagamos un frente común para evitar el dengue, el chikungunya y el zika.
Fuentes: SSA, UNAM.
ABUELITAS:
Como un gesto de impotencia, protesta o inconformidad ante lo que puede ser un hecho injusto, el recurso de la huelga de hambre representa una forma de presión hacia quien va dirigida. En Colima recuerdo a Felipe Flores, a los trabajadores del sindicato de burócratas, a trabajadores universitarios, al Dr. Leonardo Gutiérrez, etc. Ahora Alejandro Magaña Echeverría, vendedor ambulante y con una discapacidad, hace que nuestra indiferente Colima vuelva a ser noticia, pues se está manifestando en contra del alcalde capitalino Héctor Insúa al considerar inadecuado su proceder en contra de él y otros vendedores. Preocupante también la actitud del alcalde quien minimiza la situación escudándose en las leyes del municipio y descalificando al inconforme porque al parecer es más importante la aplicación de un reglamento que la búsqueda de una solución conjunta en favor de los derechos humanos de un ciudadano. Es cuánto.