TONALTEPETL

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Por: Gustavo L. Solórzano

Estoy convencido que la gente afiliada desea que el Seguro Social en nuestro estado mejore su atención en calidez y calidad en el servicio, más que ofrecer citas por internet. Ese es el problema dijo el señor gangoso; la gente se queja por todos lados del trato deshumanizado que las instituciones de salud brindan a sus “beneficiados”, lo pongo entre comillas porque más que beneficiados, parece que la gente va a pedir fiado. Además de haceros esperar, les atienden de mal modo sin que nadie, absolutamente nadie quiera o pueda hacer algo al respecto. Este es un mal en el que influye el personal sindicalizado que está protegido por sus dirigentes, que no líderes. Entonces el “jefe” se hace de la vista gorda para evitarse problemas y tener la fiesta en paz, es decir, conservar la chamba.

La señora acude continuamente al Seguro por un mal que le aqueja desde hace varios años. Recientemente, después de los estudios correspondientes y un atiborre de medicamentos, el médico que le atendió le dice “no se puede hacer nada”. No quiero ampliar datos para que ella no sea detectada, en el supuesto caso, cosa que me daría gusto, que los del IMSS me leyeran. Tengo el testimonio de la señora y desde luego en el narra el suplicio de ir de allá para acá, sin que su situación  mejore ni un ápice.

Desde 1872 hasta la fecha, se han formado muchos sindicatos con la supuesta intención de ayudar a quienes representan. El gran problema ha sido que muchos de sus dirigentes, insisto, mal llamados líderes, han dado al trasto con la riqueza estatutaria que les rige, pues solo buscan el poder al estilo de Don Porfirio, perpetuarse hasta el infinito y más allá, eso sí, beneficiándose principalmente quienes los dirigen o  a sus familias, compadres, amigos y anexas.

Sin duda han existido garbanzos de a libra, es decir verdaderos dirigentes comprometidos de principio a fin con su responsabilidad, pero bueno, esos casi casi se acabaron.

México sigue ocupando primeros deshonrosos lugares a nivel internacional por eso, por quienes vivimos en él y poco hacemos para mejorar las condiciones de vida. Porque Vale más un puesto que la persona, porque muchos sones se tocan y bailan de acuerdo al criterio de quien ostenta el poder laboral o económico, porque en muchos casos se hacen y se hacen leyes para justificar el trabajo, sin tomar en cuenta las ya existentes; es más, me atrevo a decir que sin que se conozcan en su totalidad. Así es nuestro México, el de más de cincuenta millones de pobres, el de pocos ricos y un montón de gente clase media ni tan media. El México de cuanto tienes cuanto vales, ese  en donde la gente piensa que vale por su “vehículo automotor de cuatro ruedas”, dice un amigo. Aquel en donde una regiduría se consigue con doscientos grandes o más, mas no siempre el derecho de ganar, afortunadamente ya es el pueblo el que empieza a decidir.  En fin, ese México en donde la pobreza de criterio es tal que si alguien va y te pone en mal con el jefe, este sin decir agua va, te congela.

ABUELITAS:

El señor Armando Hernández, lector de Colima Noticias comenta con razón, que es mucha la gente afiliada al seguro social que no tiene una computadora. Coincido plenamente, si existen jornaleros que con dificultad saben leer y escribir, con mayor razón tendrán dificultad para usar una computadora. Bienvenida la tecnología al seguro pues. Es cuánto.