TONALTEPETL

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Por: Gustavo López Solórzano

Unos de los atractivos que tenía nuestra ciudad en mis años de infancia eran los macizos de bambú que existían por diferentes rumbos de la ciudad y principalmente en los ríos Colima y el Manrique. En el jardín Gregorio Torres Quintero, existía entre los prados de la parte sur, un estanquillo en donde la señora Chela vendía unos deliciosos preparados de frutas, raspados y refrescos, además de tortas y otros comestibles; la magia para quienes éramos niños en esa época, lo representaba el hecho de lo tupido que estaban los bambúes a espaldas del estanquillo, de tal manera, que daban un toque de selva inexpugnable en donde nuestra fantasía se manifestaba en todo su esplendor.

La entrada a Colima por vía larga estaba custodiada por la gran obra del artista Juan F. Olaguibel, autor de la Diana Cazadora en la ciudad de México y del Pípila en Guanajuato, por citar solo algunas de sus grandes creaciones. Una pieza elaborada con piedra chiluca que representa la conquista y así mismo, el avasallamiento cultural de que fueron objeto nuestros antepasados, (eso lo digo yo) la representación en realidad habla del encuentro de dos culturas. Bueno, el caso es que el monumento estaba majestuosamente respaldado por hermosos bambúes que realzaban su elegancia y la dinastía que representa.

En el jardín Núñez también existieron bambúes de igual belleza y en muchos otros lugares públicos hasta que alguien mal aconsejó a la maestra Griselda y entonces fueron brutalmente arrancados de su lugar, así como la estatua al Generalísimo Morelos, que se encontraba en la desaparecida glorieta del ISENCO, por Aquiles Serdán y Ave. De los Maestros. Así como nadie sabe de los bambúes; nadie sabe del busto desaparecido, ¿será un caso para la araña? ¿Usted la recuerda querido lector? A mí me tocó ver como personal del ayuntamiento de aquel entonces la partió en dos al quitarla de su lugar.

El asunto es que los bambúes a los que me refiero y cuyas variedades son amplias y diferentes, han acompañado al hombre desde que este llegó al planeta, tienen más de 250 millones de años y a la fecha están catalogadas más de 1200 especies . Alimento por su gran contenido en fibra y silicio, construcción, instrumento, para la cacería y musical, etc. son solo algunas de las utilidades que le han sido dadas por el hombre a lo largo de su convivencia. Hoy su cultivo se ha extendido bondadosamente gracias a sus propiedades para nuestro medio ambiente, y desde luego a su belleza natural, además en nuestro país actualmente se tienen registradas 42 especies nativas o silvestres de bambúes. Aunque también hay bambúes que han sido introducidos de Asia y Colombia, por mencionar algunos lugares ya que ayuda a evitar la desertización pues sus raíces evitan que las lluvias se lleven la tierra. El bambú también puede servir para proteger los campos de cultivo de la fuerza del viento.

Por otra parte, algo maravillosamente importante es que El bambú es considerado un elemento crítico en el balance entre oxígeno y dióxido de carbono en la atmosfera, ya que genera más oxígeno que las especies leñosas, y gracias a su sistema radicular de rizomas sirve eficientemente para la retención y acumulación de agua en los suelos. Con su crecimiento rápido, tiene la capacidad de reforestar más rápidamente áreas devastadas por deforestación y erosión de suelos. Verdaderamente actúa como un purificador admirable de la atmosfera y los suelos. Solo como ejemplo diré que Hiroshima fue reforestada con Bambú después de la devastación causada por la bomba atómica de 1945.

ABUELITAS:

Bien por algunos productores colimenses que pretenden cultivar bambú para su comercialización pero también como una alternativa de beneficio para el medio ambiente, ojala encuentren apoyo en las autoridades del ramo y que se siga su ejemplo. Es cuánto.