TONALTEPETL

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Por: Gustavo López Solórzano

El mejor residuo es el que no se produce. Si somos capaces de producir, debemos ser capaces de reciclar, sólo después de que el último árbol sea cortado, sólo después de que el último río sea envenenado, sólo después de que el último pez sea apresado, sólo entonces sabrás que, el dinero no se come. (Profecía Dakota)

El hambre ha sido siempre un flagelo para una parte de  la humanidad, la  menos pudiente, aquella que amanece saboreando un bistec de viento aderezado con un salsa de nada, esas personas para cuyos niños la navidad solo existe en las casa de otros, o en los suntuosos palacios llamados iglesias, aquellos por los que clama el papa Francisco, “Me duele ver a curas o monjas con autos último modelo… ¡No se puede! Mejor ir en bicicleta o usar un auto más humilde; piensen en los chicos que se mueren de hambre!”.

En México, el país de las oportunidades, de las riquezas naturales y de los grandes avances, fallecieron 71,400 personas por causas relacionadas con la desnutrición en los últimos seis años: esto es 11,900 cada año, en promedio. Por otra parte, alrededor de 28 millones de personas– sufre pobreza alimentaria, según el Coneval, no han sido suficientes las despensas demagógicas para sanar este mal, el mal de siempre. Hoy se hace necesario un programa que contemple la dignidad humana, que establezca compromisos y se base en realidades, acciones de verdad, por la vida.

La triste realidad es que en nuestro país se consumen productos chatarra en exceso que solamente deterioran la salud y por ende, contribuyen a la permanencia de problemas alimenticios. Existen quejas de que incluso en las tiendas Diconsa, misma que cuenta con alrededor de 25 mil tiendas y 304 almacenes distribuidos en el territorio nacional, en atención a localidades catalogadas como de alta y muy alta marginación, que hasta 2010 sumaban 83 mil 474 puntos, donde vivían alrededor de 18.4 millones de personas, venden botanas y frituras, así como refrescos embotellados, de los cuales México ocupa tristemente el primer lugar mundial en consumo per cápita, lamentablemente la frecuencia en el consumo de éstos productos supera a alimentos básicos como leche, huevo, carne, frutas y verduras, según indica el Instituto Nacional de Salud Pública.

Con la llegada de la nueva administración federal, se establecieron también nuevas estrategias para combatir la pobreza, la desnutrición y la marginación social, mismas que  están contempladas en la gran cruzada nacional que ha puesto en marcha el gobierno que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto, nada fácil sin lugar a dudas, pero tampoco imposible, tiempos de cambio, de verdadero amor por México y su gente, nuestra gente, nosotros mismos. Colima se ha sumado a este compromiso social con verdadera responsabilidad, así lo ha señalado el gobernador del estado Mario Anguiano Moreno, al afirmar que se realiza un esfuerzo  significativo, con acciones coordinadas entre las dependencias y estableciendo metas precisas para saber cuántos serán los beneficiados. Importante que el manejo de recursos además de estar en buenas manos, sea supervisado, sería injusto, lamentable,  que por descuido se beneficiaran los que tienen más, los que menos necesitan.

ABUELITAS:

Esta cultura del desperdicio nos ha vuelto insensibles hasta el desperdicio de comida, que es aún más despreciable cuando en el mundo hay personas y familias que padecen hambre y desnutrición, todos debemos recordar que tirar comida a la basura es como robarla de las mesas de los pobres, de los hambrientos. Papa Francisco. Es cuánto.