La dirección de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), dependiente de la secretaría de Gobernación (Interior), ha sido la encargada de establecer las sanciones.
Estas se dieron en emisoras de estados como Sonora y Sinaloa (norte del país), Guanajuato, el Distrito Federal y San Luis Potosí, (centro), y Colima (occidente), entre otros.
Según el rotativo, las medidas contra las emisoras estuvieron basadas en la Ley Federal de Radio y Televisión, de 1961, que en su artículo 63 prohíbe “las transmisiones que causen la corrupción del lenguaje y las contrarias a las buenas costumbres”, ya sea a través de expresiones maliciosas o haciendo “apología de la violencia o del crimen”.
Las sanciones incluyeron “extrañamientos” (una especie de amonestación que debe ser atendida) y multas.
La primera punición económica relacionada con los “narcocorridos” se le impuso en 2003 a la empresa de medios Enlaces Audiovisuales, de San Luis Potosí.
En 2008 algunos de los apercibidos por las autoridades fueron la emisora XEHOS-AM, de Hermosillo (la capital de Sonora), y el locutor Julián Orozco González, de Radio Cañaveral de Tala, en Jalisco (oeste).
Al último se le llamó la atención por programar “éxitos” del “narcocorrido”, agregó Milenio, que consideró que el Gobierno mexicano, en manos del conservador Partido Acción Nacional (PAN) desde 2000, ha lanzado una “batalla (…) en los medios electrónicos” contra este tipo de música en los últimos años.
El director de RTC, Álvaro González, citado por el diario, afirmó que ese género es una “perversión” del corrido tradicional mexicano, que es más bien una especie de romance musicalizado.
Según González, en el ámbito de la libertad de expresión no hay libertades absolutas por lo que este tipo de música debe ser respetuosa con el conjunto de la sociedad.
Para el funcionario, la difusión de ciertos de estos corridos “sí afecta definitivamente” a los mexicanos, ya que les alienta a que se unan a las filas del crimen organizado, concluyó el rotativo. (Con información de EFE/CFE)