Por: Manuel Olvera Sánchez
El tema de los derechos humanos en nuestro país fue tomando fuerza a través de las múltiples violaciones que se venían cometiendo hacia ellos, la historia registra una infinidad de acciones mediante las cuales se dignifico este derecho universal de todos los seres humanos.
Hablar de los derechos humanos, es hablar de su reconocimiento sin ninguna distinción de raza, sexo, nacionalidad, religión, lengua o cualquiera otra condición. Los derechos humanos podremos decir que son bastante amplios, sin embargo dentro de los que se ha hecho mayor énfasis se encuentran el derecho a la libertad de expresión, a la educación y al trabajo, el derecho a la vida y a la libertad, y serán aplicables a todas las personas.
Nuestro país a raíz de la llamada “guerra contra el narcotráfico “iniciada por el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, acentuó a un más los de por sí ya violentados derechos humanos en México, la situación de violencia e inseguridad sufrieron niveles alarmantes al grado de tan solo en ese sexenio perdieran la vida alrededor de cien mil personas, miles de desaparecidos y como consecuencia una mayor participación de las fuerzas armadas en el combate al narcotráfico.
Vale recordar que una violación a los derechos humanos y mediante las cuales las autoridades han sido muy afectas es lo relacionado a la tortura, medida mediante la cual se fabrican culpables con la finalidad de simular que se está cumpliendo con la tarea de castigar a los delincuentes, situación que ha venido disminuyendo en gran medida a las reformas constitucionales en temas como la tortura y la desaparición forzada.
El combate frontal contra el crimen organizado por el ex presidente Calderón y continuado por Enrique Peña Nieto fue la detonante para que México fuera considerado como uno de los países más peligrosos en el orbe para ejercer la noble tarea del periodismo, ya que tan solo desde al año 2000 a la fecha han perdido la vida 130 periodistas.
Pero las violaciones a los derechos humanos en nuestro país no solo se deben al combate al crimen organizado, ya en los años 60s en la llamada “guerra sucia” y hasta finales de los años 80 se presentaron desapariciones forzadas en demasía, entre las que destacan la del hijo de la activista social Rosario Ibarra de Piedra Jesús Piedra Ibarra en el año de 1973.
Vale señalar que la sociedad mexicana ante la desconfianza depositada en el Estado mexicano no proceden a presentar las respectivas denuncias por temor a las consecuencias que puedan derivar como consecuencia; la sociedad ante las desapariciones forzadas ha optado por realizar las tareas de búsqueda por cuenta propia ya que las autoridades por lo que menos se preocupan es por la dignificación de los derechos humanos.
En los próximos días el Congreso del Estado de Colima tendrá la maravillosa oportunidad de decantarse por uno de los 19 aspirantes inscritos para dirigir la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), 19 personas entre hombres y mujeres que bajo diferentes méritos realizados a través de su trayectoria como profesionistas consideran justo enarbolar una tarea tan noble y digna como la de los derechos humanos.
Mucho se ha dicho, incluso en el sentido de señalar que lo más sano para dirigir los destinos de la CEDH sea una mujer ya que sería algo histórico para nuestro estado, sin embargo se olvidan que no se trata de que sea algo histórico por el solo hecho de ser mujer, lo más sano seria que se escoja al o la profesionista con un alto sentido de responsabilidad y que conozca a cabalidad sobre el tema de los derechos humanos, que si es una mujer que garantiza la sensibilidad social y conocedora del tema, maravilloso, y lo histórico vendrá una vez que haya concluido su tarea.
Una aspirante que estoy cierto es una profesionista comprometida con la sociedad colimense, y que a través de los años lo ha acreditado, es la licenciada Adriana Ruiz Visfocri, una mujer con las credenciales necesarias para dirigir la CEDH de manera digna y sin compromisos con nadie salvo con la sociedad y lo más rescatable de ella es que es una mujer integra.
La visión que tenías sobre mí, no la defraudare, eso me fortalece aún más, serás ese impulso para lograrlo.
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