REFLEXIONES

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AL DESNUDO

Por: Édgar Rodríguez H.

El pasado lunes 11 de febrero al hacer un balance de sus tres primeros años de gestión como gobernador de Colima, José Ignacio Peralta Sánchez al ser entrevistado por varios medios de comunicación dijo que “es muy difícil decir que nos sentimos satisfechos, el trabajo nunca acaba, siempre habrá algún ciudadano con una necesidad de atender y no obstante que se está avanzando y resolviendo muchos problemas, también tenemos claro que hay muchos retos por delante”, entre estos se refirió al de la seguridad, problema que ha servido de tema para muchos de los actores políticos, sobre todo a los opositores, para denostar a su gobierno.

Por ejemplo, el dirigente de estatal del partido Morena Sergio Jiménez Bojado asegura que la administración estatal no ha cumplido su promesa de mejorar la seguridad en la entidad y se han incrementado de los homicidios dolosos.

Por su parte, el diputado perredista neopanista, Francisco Rodríguez García, por igual, asegura que nada se ha hecho en materia de seguridad y por el contrario ha aumentado y, todo lo que se hace o se deje de hacer, desde su optima, no sirve. Si se hace, porque que se hace; y si no se hace, porque no se hace. Es decir, no hay una reflexión objetiva de lo que se ha hecho o no en materia de seguridad, sobre todo en aquellos municipios como Tecomán y Manzanillo gobernados por el PAN antes de que los ganara Morena el pasado 1 de julio.

El hallazgo de 49 fosas clandestinas con 69 cadáveres en dos predios de la comunidad de Santa Rosa, Tecomán, dan muestra de ello. De acuerdo con los peritos hay cuerpos con 5 o más años de haber sido asesinados lo que nos indica que la inseguridad que se vive en todo el país, y en particular en Colima, no es reciente.

Pero lo más importante, y hay que resaltarlo, es que el hallazgo es precisamente el producto del trabajo que en materia de seguridad está haciendo la administración de JIPS. Nadie puede decir que los cuerpos salieron flotando de las fosas y se dio cuenta de ello de manera fortuita. Es todo lo contrario, se deriva de la detención de dos secuestradores y la liberación de sus víctimas por parte de la Secretaria de Seguridad Pública.

Como se dio a conocer, lo anterior permitió a las autoridades de procuración de justicia complementar las indagatorias y el trabajo de inteligencia que llevó a la ubicación de los predios en donde se encontraron las fosas con los cuerpos. Tal descubrimiento se informó oportunamente. Dicen que “el huevo hay que cacarearlos”, en alusión cuando un trabajo se hace adecuadamente y rinde sus frutos. ¿O qué, había que ocultar la información para evitar costos políticos?

Si las pruebas periciales arrojan que los cadáveres encontrados tenían entre 5 y 8 años -información que no se tenía cuando se dio a conocer el hallazgo a los medios-, se pueden deducir muchas cosas y hacer muchas conjeturas, pero lo importante y que sí es real, es la responsabilidad del gobernador que, permitirá ahora, a través de una base de datos de ADN de familiares desaparecidos, saber si alguno de los cuerpos corresponde a uno de ellos.

Para los colimenses como para el gobernador, está claro que existe un clima de inseguridad, pero echarle más leña al fuego de forma dolosa por parte de los opositores políticos o de alguno u otro personaje que no ha sido beneficiado por el ejecutivo estatal, no contribuye en nada para mejorar el problema que, por cierto, es responsabilidad de los tres ámbitos de gobierno: federal, estatal y municipal.

Se dice que…

*El flagelo de violencia que vive Colima lo vemos en todo el país, tan sólo en 2018 se encontraron 1,100 fosas clandestinas en México y hay 27 mil cuerpos aún sin reconocer.

*Tiene razón la diputada de MORENA Banca Livier Rodríguez Osorio cuando a nombre de su grupo parlamentario en la 59 Legislatura local dice: “urgen acciones para disminuir la inseguridad a corto plazo, pero también necesitamos con prudencia, responsabilidad y sensatez atacar las causas de los problemas para erradicarlos totalmente, a mediano y largo plazo”.