Proyecto de Calzada Galván

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Por: Manuel Godina Velasco*

El titular de la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano, José de Jesús Sánchez Romo, anunció hace unos días que se continuaría con la remodelación de la calzada Galván, en el tramo que quedó pendiente, entre la glorieta de la Piedra Lisa y la del Rey Colimán. Según la nota informativa, es de suponer que se pretende seguir el modelo ya implementado que ha sido rechazado por la sociedad colimense.

Resulta absurdo que en una ciudad que tiene un considerable número de vehículos, se insista en la torpe idea de ahorcar el flujo vehicular en lugar de propiciar su fluidez y desahogo, sobre todo en las horas pico. Cualquier conductor que circule por esa hoy estrecha vía casi a cualquier hora, deberá acostumbrarse a las largas colas que se originan entre la glorieta del DIF y la Piedra Lisa.

Si alguien tuvo la brillante idea de hacer de Colima una avenida sofisticada y modernista, su propuesta ni resultó estética, ni mucho menos funcional. No se trata de hacer competencia con ciudades como Dubai, donde la espectacularidad y la tecnología pueden ir de la mano para sorprender a turistas y residentes, con ensayos urbanos fuera de lo común.

Los tradicionales cuatro carriles de esa calzada fueron reducidos a dos estrechos espacios, con la desventaja y el peligro de haber colocado cada metro un pequeño poste metálico, con una exagerada luminosidad nocturna que ya quisieran tener los aeropuertos más famosos del mundo. Sin ningún sentido práctico, los postecitos iluminados, con un alto consumo de energía eléctrica,   solo servirán para concentrar insectos, ya que hasta para el solitario paseante le resulta molesto el brillo de esos adornos, que le impiden una buena visibilidad nocturna.

En Colima, ciudad cada vez más calurosa, requerimos de calles y avenidas más anchas, mas arboladas, con menos topes y menos semáforos. Esta tradicional calzada, otrora orgullo de los colimenses, necesita solo de buenas banquetas con cómodas bancas debajo de la sombra de sus añejos arboles, no de experimentos sofisticados e inútiles, además de costosos.

El argumento de que la ciudad debe otorgar espacios para el uso de la bicicleta y el desaliento de los automotores es toda una falacia. Hace tres años se construyó, en la avenida Niños Héroes, entre el libramiento carretero y las instalaciones de la Feria de Colima, una ancha ciclo pista, de cada lado de la avenida, donde colocaron rígidos topes, para evitar que los autos invadieran ese espacio exclusivo.

Se cometió el error de impedir el cruce o incorporación de vehículos de las calles que desembocan a dicha avenida, con la consabida molestia y rechazo de los vecinos de las colonias afectadas. Pues bien, desde su inauguración, fueron muy contados los ciclistas que utilizaron esa vía, que desde hace años está en el abandono y que solo ha servido para espacio de estacionamiento de autos de los vecinos o clientes de los negocios que allí se ubican. La costosa inversión fue dinero público tirado a la basura.

Como ha sucedido en muchas partes de la ciudad, los ciclistas se apropiaron de las banquetas,   las rampas para discapacitados solo sirven para el ingreso de los ciclistas a las mismas. En Colima las ciclo pistas no funcionan, son muy pocos los ciclistas que se transportan en este medio, por cada ciclista que circula en las calles hay por lo menos diez motos que son utilizadas, ya no digamos el numero bicicletas que se usan, por cada 200 autos hay apenas un ciclista que circula.

Hace un mes, el Gobernador Ignacio Peralta nos convocó a cenar en Casa de Gobierno, a 40 líderes de opinión, donde al unísono todos esos asistentes expresamos nuestro rechazo al posible uso comercial o habitacional de las instalaciones de la Zona militar, cuando sean desocupadas, también criticamos ese adefesio de remodelación de la calzada Galván.

Este viernes, los integrantes del Círculo de Analistas Políticos nos reunimos a dialogar con el titular de Movilidad, Belisario Arrayales, a quién le pedimos, de manera unánime, informar al gobernador nuestra posición de rechazo a continuar con esa absurda obra de la calzada Galván, los funcionarios y los gobernantes deben escuchar al pueblo; en este tema hay un rechazo generalizado del 90 por ciento de los colimenses que estamos en contra de la continuación de esa obra como está concebida.

*Coordinador del Círculo de Analistas Políticos Colimenses