PERGAMINO BALOMPÉDICO

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Alex Carbajal Berber|ULTRAMEDIA

Lavolpe y Vergara

Las apuestas para ver cuánto tiempo pasará para que Jorge Vergara y Ricardo Antonio Lavolpe tengan su primer pleito serio deben estar al por mayor. Si el dueño de Chivas es capaz de bronquearse con Johann Cruyff, es capaz, entonces, de reñir con el que sea, y más con otro de mecha corta como el técnico argentino.

Congruente fue el cambio de José Luis Real en el timón de  Chivas. El clásico desnudó no solamente sus limitaciones tácticas, las cuáles expiraron en la primera etapa del entrenador con Chivas, pero también el bajísimo nivel que tiene la actual plantilla del rebaño sagrado, cuyos jugadores fueron ampliamente superados por los archirrivales del América.

Las negociaciones entre Lavolpe y Vergara habrán sido para museo, seguramente. No solamente el costo de la sapiencia del entrenador argentino, sino los caprichos del único dueño de club del futbol mexicano que supera en excentricidades al propio “Tigre” Azcárraga, el original, claro. El técnico argentino llega a Chivas 18 años después de haberse ido de América por una goleada histórica, aquél 5-0 versus el Chivas de “Tuca” Ferreti.

Pese a todo, si hay un técnico que sabe trabajar con jóvenes y ordenar tácticamente a equipos deshechos, ése es precisamente Ricardo Antonio. Su pasaje por Atlas debe ser considerado el mejor proyecto de fuerzas inferiores en la historia del futbol mexicano. Si bien Lavolpe no es el diseñador o creador, sino Marcelo Bielsa, el técnico mundialista en Alemania 2006 fue el que mejor supo plasmar en la cancha el estilo de la Academia, cosechando futbolistas de época, como el caso de Rafael Márquez.

Chivas necesita un técnico así. Si la apuesta de Vergara es no comprar futbolistas y generarlos él mismo, eligió bien. Ante todo, debe saber que en las plantillas hay tiempos. Pareciera que algunos defensas y, sobretodo, el portero Luis Michel, se fueron del club antes de tiempo, al menos antes de que hubiera un buen relevo. Las carencias del joven arquero Toño Rodríguez son para espantar al más pío de los católicos.

Lavolpe tiene un largo camino por seguir. No será nada sencilla su fase en Chivas, y lo único que se pide es que al entrenador argentino lo dejen trabajar como se debe, para que así pueda dar resultados. Luce difícil, pero es obligado que haya una amplia mejoría en el Guadalajara, pues el fantasma del descenso acechará y no será nada sencillo sortearlo.

Y también deben recordar. La historia de Chivas exige buen futbol, y resultados que avalen su historia.