PENSEMOS CON LIBERTAD, CONSTRUYAMOS CON INTELIGENCIA, INNOVEMOS PARA EL CAMBIO

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La Panga

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz

Hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer, y a pesar de haber tenido avances en la lucha por nuestros derechos, aún quedan muchos pendientes en la agenda para ver consolidados esos logros en donde la igualdad, el respeto y las oportunidades en los ámbitos laboral, político y social, sean una constante en nuestras vidas.

El tema de la ONU para este ocho de marzo es: “Pensemos en igualdad, construyamos con inteligencia, innovemos para el cambio”, coloca a la innovación por parte de las mujeres y las niñas para en el centro de los esfuerzos para lograr la igualdad de género.

Esto se refiere, amable lector, lectora, a que el logro de la igualdad de género en el mundo requiere de innovaciones sociales que funcionen tanto para hombres como para mujeres y que no dejen a nadie atrás. Esto va desde la planificación urbana, misma que esté centrada en la seguridad de la comunidad, hasta plataformas de aprendizaje a través de medios electrónicos que lleven las aulas a las mujeres y las niñas, centros de cuidado infantil asequibles y de calidad, así como tecnología diseñada para abordar los obstáculos persistentes que las limitan; la innovación puede impulsar la carrera por la igualdad de género hasta la meta para el 2030.

Es dentro de 11 años en que se han propuesto erradicar la violencia contra la mujer y reducir la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres, para ello se busca educar a la población desde edades tempranas, generando así una nueva cultura del respeto a la mujer.

Para la ONU, el logro de la igualdad de género en el mundo comienza por asegurarse de que las necesidades y experiencias de las mujeres estén integradas en el propio origen de la tecnología y las innovaciones. Esto significa crear soluciones inteligentes que vayan más allá del reconocimiento de las disparidades de género y atiendan las necesidades de hombres y mujeres en plano de igualdad.

Una igualdad que debe entenderse que ante la ley, la sociedad y los entornos políticos y laborales todos tenemos un mismo valor y por consiguiente, las mismas oportunidades. Finalmente, requiere innovaciones que perturben el statu quo y presten especial atención a cómo se utiliza y se accede a la tecnología y quiénes lo hacen; innovaciones que garanticen que las mujeres y las niñas desempeñan un papel decisivo en las industrias emergentes.

Esta es la invitación que lanza al mundo ONU Mujeres en su sitio oficial, donde invita a que las féminas del planeta participen, plasmen sus ideas y se sumen a estas acciones para conmemorar un día tan especial, que desde mi óptica debe estar presente los 365 días del año.

Sin embargo, en el mundo aún hay noticias que lastiman; si analizamos el caso de México, tenemos a miles de mujeres que diariamente son víctimas de alguna modalidad de violencia, que debemos decirlo, comienzan a sufrirla desde edades tempranas y en un porcentaje muy importante de los casos, se genera en el hogar y no es atendida a tiempo o bien, es solapada por el machismo que se vive al interior de una familia.

Por más valores, como el respeto, que se enseñe en las escuelas, nada podrá cambiar si desde casa esos hábitos no se practican, en donde ambos, hombres y mujeres, tengan el mismo grado de responsabilidades, pero también los mismos derechos.

Desde los tres niveles de gobierno deben existir acciones y leyes que protejan a las mujeres de la violencia física, verbal, sexual, psicológica, económica, laboral, política, pero deben ser acciones y leyes concretas, castigos ejemplares para agresores, para feminicidas y tratantes de blancas, las penas más altas en el orden judicial.

No puede ser posible que un violador o feminicida tenga la posibilidad de quedar libre en unos cuantos años y que la falta de una congruencia jurídica en estos temas permitan que estas mentes enfermas y criminales destrocen dignidades y aniquilen vidas sin que las autoridades puedan hacer más, en donde permitan que se formen feminicidas como el monstruo de Ecatepec; quien a falta de una buena policía investigadora, tuvo la oportunidad de arrebatar durante años la vida a más 20 mujeres, según información que trascendió en diferentes medios de comunicación en el país.

Por esa razón se debe aprovechar la circunstancia histórica de tener un Senado y Cámara de diputados donde de acuerdo con el número de legisladoras, existen condiciones para decir que hay equidad de género y serán ellas quienes llevarán las voces de las mujeres para a través de exhortos, puntos de acuerdo, iniciativas de ley, logren penas más severas para estos criminales. 

Estas acciones deberán ser secundadas en los congresos locales; pero no sólo eso, los tres niveles de gobierno deben trabajar de manera coordinada para que las acciones del Legislativo, fortalecidas por el Ejecutivo, puedan a su vez dar lo necesario al poder judicial, quien será el encargado de investigar, enjuiciar, sentenciar y encarcelar a los criminales, con la garantía de que no les será fácil regresar a las calles.

Aún queda mucho por hacer, no podemos salir a gritar de alegría, aún hay miles de mujeres en México y el mundo sufriendo violencia de diversos tipos; pero es en nuestro México donde debemos centrar los esfuerzos, porque en las 32 entidades existen casos de violencia contra la mujer, esperemos que en el 2020 ó 2021, quizá hasta el 2030, como dice la ONU, podamos festejar que se redujo notablemente la cifra de casos y denuncias por violencia contra las mujeres, donde los indicadores nos digan que hubo menos casos de jovencitas secuestradas para ser víctimas de trata, un año en donde los casos de feminicidios sean asuntos aislados, o quizá soñemos, en donde no se registren casos de muertes como consecuencia de la violencia contra las mujeres.

También esperemos festejar el próximo año que se redujo notablemente la brecha de desigualdad en los ámbitos laboral, político y social para que la mujer pueda acceder a un mundo de igualdad de oportunidades.

El día que esto ocurra, créalo amable lector, lectora, será memorable, algo por qué celebrar el Día Internacional de la Mujer y un motivo de alegría que gritarle al mundo.