PACIFICACIÓN, EL DESAFÍO

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana

Quizás la información más destacada de las últimas semanas fue la originada por la secretaria de gobernación Olga Sánchez Cordero, quien afirmó haber recibido “carta abierta” del presidente López Obrador para trabajar intensamente en la pacificación del país.

Este propósito es compartido por todos los mexicanos que vivimos en una atmósfera de intranquilidad permanente y de terror en algunas regiones de México. El cumplimiento de esta aspiración es esencial para devolver el buen vivir a todos. Está por demás decir que esa declaración genera positivos por el momento.

Para tal efecto, se  celebraron foros de consulta para que junto con la opinión de la sociedad el gobierno elabore una estrategia de pacificación en todo México pero con más énfasis en regiones castigadas por la alta criminalidad.

Es tiempo de hacer uso de todos los argumentos a la mano, de todas las inteligencias disponibles para resolver los altos niveles de violencia e impunidad que no dan pausa para restaurar un estado de derecho con certidumbre, confiable y esperanzador.

Los últimos tiempos generaron una gran desconfianza entre los ciudadanos por la irresolución de diversos expedientes que se resolvieron mal o se les dio el consabido carpetazo. Esta indiferencia fue letal para el régimen pasado y fue sin duda uno de los factores de enojo que hicieron crisis en su contra en las elecciones pasadas.

Sánchez Cordero explicó el proyecto de ley mediante el cual se intentará alcanzar la pacificación del país y habló fundamentalmente de una ley de amnistía para quienes no hayan cometido delitos graves y de la despenalización de las drogas y la creación de comisiones de la verdad donde sean necesarias, aunque advirtió que ni con todo ello se asegura eliminar la violencia y las muertes. Y lo dijo bien. Además, se elabora un plan nacional de reparación de daño para víctimas previéndose la posibilidad de reducir las penas de cárcel para quienes aporten información que lleve a encontrar a personas desparecidas. “Se trata de un proyecto de justicia transicional”, dijo.

Esta declaración causó la opinión de expertos, como   la de la organización denominada   Open Society Justice Initiative, según la cual  México requiere apoyo de un mecanismo internacional de justicia para combatir la impunidad en casos de violaciones de derechos humanos, desaparición de personas, corrupción y otros delitos, aunque esto es relativo pues recuérdese que a nada llevó la intervención de especialistas extranjeros que investigaron el caso Ayotzinapa. “México necesita apoyo externo de expertos que aporten objetividad, experiencia y habilidades técnicas para la tarea de fincar responsabilidades a quien corresponda por los crímenes más graves”, destacó en su informe, realizado en colaboración con diversas organizaciones civiles del país.

Se requiere una justicia transicional, en la que es central la creación de tribunales que asuman la responsabilidad de investigar y tomar decisiones en este mundo de casos horripilantes, de los tipos de asesinatos, tortura y desaparición de personas, sostuvo el historiador Lorenzo Meyer. Respecto a la pacificación del país, dijo que el punto es llegar a la paz efectiva donde se pueda vivir aunque siga habiendo violencia. “ Yo no creo que la pacificación se logre ni siquiera en todo el sexenio que viene”, dijo.

Y en esas andamos. Es clamor nacional recuperar la paz con estrategias puntuales y audaces. De que se puede, se puede, si se quiere. México cuenta con un orden jurídico maravilloso para corregir la vida pública, solo falta que haya un gobierno distinto a los que ha habido y que se interese en hacerlo valer. Pero, insisto, urge trabajar en una nueva ciudadanía predicando con el ejemplo desde el poder. Andrés López Obrador encarna hoy esta aspiración nacional, toca a los mexicanos hacer equipo con él y transitar por el camino de la concordia y la paz respetándonos entre todos.