OPERACIÓN BERLÍN

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PUNTO SOCIOLOGICO

Por: J. Daniel Miranda Medrano

Categóricas, sin duda, las reacciones al escándalo en el que el principal protagonista fue el historiador y empresario Enrique Krauze, por la estrategia que llevó a cabo en 2018 para desinflar al actual Presidente de la República; el tema puso a debate las cuestiones que se entrelazan como la libertad de expresión, la ética, la difamación y los delitos electorales.

Como ya es sabido, en 2018 el historiador citado, el empresario Coopel, dueño de las tiendas que llevan su nombre, Alejandro Ramírez y Germán Larrea, crearon un centro de operaciones en la calle de Berlín 245, para atacar a López
Obrador contratando gente especializada en crear trolls, memes así como hackers. Desde allí se creó la famosa serie de “Populismo en América Latina” que se anunció en muchos autobuses del transporte público de la
Ciudad de México.

Sobre los hechos Ricardo Sevilla Gutiérrez, quien participó en los hechos relató en una carta enviada a Carmen Aristegui,  las características de esta operación fracasada que coordinaba  Enrique Krauze y su colaborador más cercano, el crítico literario Fernando García Ramírez. Describe cómo llegó al equipo de  Krauze a trabajar en la estrategia antilopezobradorista para que el actual Presidente de México no triunfara en las elecciones.

En su momento el Hijo  de Enrique Krauze denunció que no deberíamos de descartar una intromisión rusa en las campañas electorales del año anterior, y  lo que  ahora salió a la luz es que si hubo una intromisión, pero del intelectual y de empresarios mexicanos que quisieron descarrillar a Obrador a la mala. El tema de estas acciones de desprestigio no es nada nuevo en el país y siempre ocurren año con año, aunque se intensifican en tiempos de campaña para denigrar a uno o más candidatos.

Pero ahora que salió a la luz pública lo relacionado con esta operación anti-AMLO, nos quedamos con muchas interrogantes, pero diversas cosas claras: la Operación Berlín fue una clara estrategia ilegal para tratar de reventar al candidato que siempre estuve en lo alto de todas las encuestas,  no es un tema de libertad de expresión, sino de un delito electoral por el cumulo de acciones y  excesos que se dieron en su momento.

No se trató de una nota, o una opinión, un artículo, sino de una estrategia pagada, de un trabajo de campaña política del que  también sabrían Margarita Zavala y Ricardo Anaya. Y al final de cuentas no les resultó porque me parece que actuaron visceralmente sin entender las condiciones políticas, económicas y sociales en las que se dio la campaña avasalladora del de Tabasco.

El contexto era otro totalmente distinto al de las elecciones de 2012 o 2006, Krauze y  los involucrados no entendieron que en los pasados comicios era prácticamente imposible una derrota de Macuspana, por  más que se instrumentaran campañas negativas o de lodo. Quisieron hacer un remix del “Peligro para México” versión 2018 que estaba destinada a fracasar.

Independientemente de los cauces legales que tome esa derrotada operación, no deberían de darse hechos como este de nueva cuenta, por el bien de la política, aunque también sabemos que esto es  imposible.

Twitter: @jdanie17