Morelia derrota a Chivas

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*En duelo directo por la permanencia.

Tonatiuh G. Trujillo | ESTO Morelia.- Chivas se desploma y la cabeza de Matías Almeyda pende de un delgado hilo. Anoche, el Rebaño sumó su cuarto partido sin ganar (tres empates y una derrota), ahora al caer ante Monarcas 2-0, situación que encendió las alarmas en Verde Valle pues colocaron como penúltimos de la tabla porcentual a pesar de estar igualados en números, pero por mejoría de goles, los purépechas superaron a los Tapatíos. Las anotaciones del cotejo fueron obra de Pablo Velázquez y de Juan Pablo Rodríguez, para darle un tanque de oxígeno al “Ojitos” Meza. Ahora Monarcas buscará mantener la ventaja la próxima semana cuando enfrente a León quien estrenará técnico, por su parte Chivas recibirá a Toluca.

MISIL

EL “Portaaviones” purépecha por fin despertó y lanzó un poderoso misil que hizo explotar la algarabía en el Cerro del Quinceo, así como llenar de esperanza porcentual al pueblo michoacano.

Con un zurdazo Pablo Velázquez aprovechó un magnífico pase del “Canguro” Rey para destrozar la portería de Chivas, quienes fueron sorprendidas en el ocaso de los primeros cuarenta y cinco minutos, ya que hasta ese entonces eran amos y dueños del encuentro. La anotación en contra desató la furia y el nerviosismo de Matías Almeyda, quien se llevó constantemente las manos a la cabeza y volteaba a su banca buscando una fórmula para revertir el marcador en contra, pues hasta ese entonces eran penúltimos de la tabla del descenso. Desde que Luis Enrique Santander hizo sonar su ocarina el Rebaño envió su primeros “topes” en contra de la meta de Felipe Rodríguez, pero gracias a la magnífica actuación de Erick Aguirre, el “Pollo” Pérez, Facundo Erpen y la “Güera” Morales, la delantera comandada por Omar Bravo no pudo vulnerar al equipo el “Ojitos” Meza y cuando Orbelin Pineda parecía hacer su tercer gol con los rojiblancos, el asistente dos, Christian Kiabek levantaba su bandera para indicar un claro fuera de lugar, marcación que generó molestia en todos los rojiblancos. Tras el fuera de juego, Chivas tuvo un par de oportunidades más de anotar, hasta que el nazareno finalizó las acciones de los primeros cuarenta y cinco minutos, contexto que desgarró las miles de gargantas morelianos que entonaron el ¡Morelia, Morelia, Morelia!

¡CHATOS!

Tras el “jalón de orejas” que les propinó el “Pelado”, Chivas regresó al complemento con el firme objetivo de igualar los cartones, por lo que Felipe Rodríguez se convertía en el “Héroe” purépecha, al detener los disparos de Omar Bravo.

Los tapatíos eran amos del esférico, paseaban la pelota a lo largo y a lo ancho buscando los desbordes del “Conejito” Brizuela, para enviar centros y que algún “cuerno” pudiera desviar al fondo de las redes, pero los morelianos firmes aguantaron, hasta que Juan Pablo Rodríguez dejó “chatos” a todos los ahí presentes.

El camisa 8 arrancó detrás de media cancha, momento excato del pase de Loboa para escaparse completamente solo, pero para no desgastarse físicamente y al observar a Cota adelantado con la clase que lo caracteriza le bombeó la pelota al cancerbero para anidarla en las redes visitantes, momento en que la tambora retumbó al ritmo de Juan Colorado e hizo zapatear a los michoacanos que estremecieron el Coloso del Quinceo con el baile lleno de felicidad. Luego del segundo Almeyda movió sus piezas, situación por la cual ingresó al “Avión” Ramírez, Michel Vázquez y Ángel Zaldívar y así darle más profundidad y velocidad a su cuadro, movimientos que le surtieron efecto pues Guadalajara se volcó nuevamente al frente teniendo llegadas por el centro y ambos costados, los cuales no fructificaron, pues Morales, Erpen y el canterano Aguirre despejaban con la cabeza o con tremendos fierrazos El reloj seguía su curso y el tiempo se agotaba, situación por la cual Chivas lanzaba patadas de ahogado, las cuales desde la raya, Felipe Rodríguez lograba sacar, generando emoción y alivio en los seguidores.

Con el Rebaño volcado al frente el “Profe” Meza trabajó el contragolpe con la velocidad de Cuero, quien ingresó por Loboa, pero ningún desborde pudo ponerle la cereza al pastel, el ritmo de juego desesperó al chiverío, al grado de causar la expulsión del “Titán” por doble amonestación en una tarde para el olvido tapatío.