AL DESNUDO
ÉDGAR RODRÍGUEZ H.
Concluye 2018, pero no una de las etapas más complejas para los partidos políticos, para todos hay saldos rojos de una u otra forma, tanto para quien logró el triunfo como para los que perdieron en el proceso electoral local y federal el pasado 1 de julio, en donde el Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción Nacional, sufrieron las peores consecuencias de su historia derivadas de una secuela de corrupción que motivó hartazgo en la ciudadanía, la cual decidió por un cambio que, a la fecha, a punto de concluir el año, no se le ven ni los cimientos.
Pero hay que decirlo, las crisis de los partidos que los llevó a la derrota, no es de este año que fenece, sino de una crisis política de hace varios sexenios en los que gobernó tanto el PRI como el PAN, en un escenario de corrupción que derivó en una crisis social, política y económica con las consecuencias electorales que permitieron el triunfo de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) al ganar la Presidencia de la República, obtener la mayoría en el Congreso de la Unió, la mayoría en varios congresos locales, y ganar varios municipios con personajes –lo más grave- totalmente desconocidos para los votantes del 1 de julio de 2018.
Pero previo al proceso electoral, los partidos PRI y PAN no se imaginaron que su derrota sería estrepitosa, incluso había la certeza que, aún y con sus historiales claro-obscuros, podrían alcanzar la victoria. Sin embargo, no fue así, el PRI fue quien sacó la peor parte en la elección presidencial, su candidato José Antonio Meade, logró apenas el 16.4049 por ciento de los votos, de un total 56 millones 508 mil 266 votos que equivalen a una participación ciudadana del 63.42 por ciento.
Particularmente en Colima, en donde sólo se llevó a cabo la elección para las alcaldías y diputaciones, el PRI en coalición con el PVEM, termina con dos municipios ganados y tres diputaciones por la vía plurinominal. Con estos resultados, el partido tricolor sufre una de sus peores derrotas y, al cierre del año, aún no se le ve ni pies ni cabeza, sin una estructura firme que lo perfile como un partido ganador rumbo a los comicios de 2021.
En la entidad. Con el 16.65 por ciento de votos el PAN quedó por detrás del PRI, partido que logró el 20.02 por ciento del total de sufragios emitidos el 1 de julio, lo que también le representa una de sus peores debacles; actualmente tiene dos alcandías y tres diputaciones bajo sus siglas. Al final del año, el panismo guarda una similitud con el priismo al no contar con un partido sólido, si bien es cierto que antes de concluir el año celebró elecciones internas para elegir presidente del Comité Directivo Estatal, está partiendo prácticamente de cero y con mucha tarea por delante para unificar a un panismo dividido y desquebrajado que le ha motivado bajas importantes dentro de sus filas.
Morena, el partido que ganó en coalición con el Partido del Trabajo y el Partido Encuentro Social, pero que por sí solo obtuvo en los comicios locales pasados el 31.22 por ciento de los votos, entro en una crisis y lucha de poderes desde el día en que tomaron posesión (1 de octubre) sus diputados. Para empezar la luna de miel, si alguna vez la hubo, con los legisladores petistas y pesistas, que suelen pegarse como rémoras de quien les conviene, terminó y cada uno se ha ido moviendo de acuerdo con propios intereses, a pocos días de concluir el año 2018 son una ensalada que les impide ponerse de acuerdo, sus intrigas incluso les ha ocasionado deserciones, aunque en el constante enroque también se les han sumado diputados del PT, del ex tinto PES y Nueva Alianza.
Como partido, con un dirigente tímido y sin liderazgo, Morena no luce consolidado en Colima, y es que los resultados obtenidos el pasado 1 de julio, no hay duda, fueron producto del efecto López Obrador. Cierran 2018 como un partido ganador, pero con un futuro poco prometedor en el año 2019.
Se dice que…
*Ante la existencia de un partido hegemónico (Morena), el resto de los institutos políticos, principalmente el PRI y el PAN -que ahora forman parte de la oposición-, para el año 2019 enfrentan el gran reto de recomponerse ante un nuevo escenario político en el país. En Colima, rumbo al 2021, ya hay visos de lo que pretenden (unidos) estos dos partidos.
*Otro reto a vencer por los partidos que ahora forman parte de la oposición, es el de los recursos económicos que, como resultado de haber obtenido el menor número de votos, asumirán una baja considerable en sus prerrogativas que los obliga a llevar a cabo una reingeniería financiera para resolver su debacle electoral.