Los niños a estudiar, los adultos a trabajar…

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La Panga

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz

Poco más de una quinta parte de las personas desaparecidas en el estado de Colima y que han sido reportadas a las autoridades corresponden a menores de edad, y de los casos encontraremos en un porcentaje mayor a los niños que desde edades tempranas se dedicaban a realizar alguna actividad para colaborar con el gasto en el hogar, es decir, eran niños y adolescentes trabajadores.

He insistido en el tema de cuidar a las mujeres, pero también debemos analizar lo que está ocurriendo a los pequeños, a los adolescentes y partiré con todo respeto con el descuido o exposición constante de los menores.

1.- Innumerables son las veces en que una niña o niño entre los 7 y los 10 años ha tocado a mi puerta para vender flanes, papayas, limones, plátanos, gelatinas, pan, rifas para reinas de la primavera, entre otros ejemplos a diferentes horas del día y más acentuadamente por la noche, cuando se supone que los menores deben siempre estar bajo el cuidado de  sus padres y son los jefes de familia quienes deberán llevar el sustento al hogar.

2.- ¿Cuántas veces usted amable lector, lectora, se ha encontrado en un crucero a una familia completa que aprovecha el cambio de semáforo para acompañados de los pequeños venderle algún artículo o alimento? Creo que bastantes y se expone a los menores a permanecer bajo el sol abrasador trabajando para ganarse unos pesos y en algunos casos hay pequeños de entre dos y cinco años que se quedan en el camellón esperando a que regresen todos. Ahí quien es el responsable de la seguridad y manutención de los hijos, la respuesta es los padres.

3.- Al transitar por las diferentes vialidades dígame usted que me brinda el favor de leerme, en cuántas ocasiones se ha encontrado a un pequeño de entre los dos y los cuatro años cruzar sin voltear en una calle, jugando a media calle frente a su casa, corriendo detrás de un balón o circulando sin precaución en bicicleta y usted ha tenido que frenar su vehículo y al voltear no se ve a ningún adulto cuidando de ellos, esto ocurre principalmente a la hora en que se transmite la barra de telenovelas de lunes a viernes o los fines de semana de reuniones entre amigos o familiares.

4.- Hablando de adolescentes si vamos a algunas tiendas de autoservicio, autolavado,

restaurantes, neverías y diversos comercios encontraremos a los adolescentes atendiéndolos, obviamente no generan reclamos laborales, perciben bajos salarios, no protestan y trabajan el tiempo que sea necesario, porque son demasiado jóvenes y ampliamente moldeables para el trabajo. Cabe mencionar que en algunos comercios se cierra entre 9, 10, y 11 de la noche y en otros mucho más tarde, refiriéndome a los relacionados con la venta de alimentos.

5.- Los días viernes y sábados se puede apreciar a un sinnúmero de adolescentes deambular por el boulevard costero Miguel de la Madrid y las avenidas Elías Zamora Verduzco, Manzanillo y De las Rosas a un considerable número de adolescentes que vienen regresando de alguna fiesta o tardeada y que todavía se toman un tiempo extra para platicar al filo de las doce de la noche o un poquito más tarde, total los padres que consideran que son suficientemente grandes para cuidar de su seguridad les permiten ausentarse de casa para disfrutar de un rato de diversión.

6.- Si realizamos un recuento de las ocasiones en que la Alerta Ámber se ha emitido para la localización de jovencitas, en un número elevado de casos nos hemos encontrado que “por berrinche” y tras una discusión en donde los padres perdieron el control de la autoridad en el hogar, las jóvenes se fueron de casa con rumbo desconocido y posteriormente se les encuentra “a todo dar disfrutando de un merecido descanso en casa de amigas, del novio, de familiares o en otra ciudad, sin importar el caos generado a sus padres y la movilización de las dependencias para su localización.

Podría citar más ejemplos, pero con estos se deja en claro que se está exponiendo constantemente a que niños y adolescentes estén en riesgo de lastimarse, ser atropellados y en el caso más grave ser sustraídos para conocer desgarradoras historias en las que ya no se les volvió a ver. Si bien es cierto que en la calle circulan policías municipales y estatales para vigilar que todo esté en orden, es a los padres a quienes principalmente les corresponde cuidar de sus hijos todo el tiempo, para prevenir sucesos lamentables.

Pero en el tema de las desapariciones el análisis debe partir de ¿Qué hacían los menores trabajando, si a esa hora debían estar estudiando o en casa bajo el cuidado de sus padres? La responsabilidad del estado de dar educación y seguridad es proporcionalmente complementaria a la que brinden en casa los padres de familia, de otra forma no alcanzarían los elementos policiacos para garantizar que los menores estén seguros.

Esa frase de CONAPO que dice “pocos hijos para darles mucho” que desde los ochentas es constante, debería desde hace mucho haberse aprendido, porque cada quien elige los hijos que desea tener porque se supone que cuenta con los medios suficientes para sacarlos adelante, de tal forma no debería haber menores trabajando, ni deambulando solos en las vialidades de nuestro municipio y del resto del estado.