¿Los criminales nacen o se hacen?: la relación entre genética y violencia

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CNNMéxico

México.- ¿El comportamiento criminal está determinado por genes hereditarios o es consecuencia de las circunstancias o la infancia?

Un estudio publicado este martes en la revista especializada Molecular Psychiatry, analizó la existencia de dos genes mutados en casi 900 finlandeses condenados por crímenes violentos y no violentos, para encontrar una relación entre la genética y la posibilidad de cometer delitos.

Los investigadores encontraron que los genes denominados MAOA y CDH13 estarían asociados “a comportamientos sumamente violentos”.

En la investigación encontraron que aquellas personas con estos genes eran 13 veces más propensas a cometer crímenes violentos, además de que entre el 4 y 10% de los delitos en Finlandia pueden atribuirse a individuos con estos genotipos.

Los investigadores de Europa y Estados Unidos dicen haber tomado en cuenta los factores del entorno, como los antecedentes de abuso de sustancias, incluyendo drogas y alcohol, personalidad antisocial y malos tratos durante la infancia, sin que ello modifique el resultado.

El estudio no fue concebido para explicar el impacto de las variaciones genéticas y según sus autores, muchos otros genes podrían desempeñar un papel, directa o indirectamente.

Las dos versiones de los genes mutantes, apuntan, son “más bien corrientes” al punto que está presente en uno de cada cinco individuos, aunque una amplia mayoría jamás cometa violación, agresión u homicidio.

Del mismo modo, hay individuos no portadores de esas versiones de los genes presentes en el grupo ultraviolento del estudio.

El gen MAOA dirige la producción de una enzima (la monoamina-oxidasa) que interviene en la eliminación de neurotransmisores como la dopamina. La disminución del nivel de actividad de esta enzima en la forma mutante del gen ya fue descrita y vinculada al riesgo de convertirse en delincuente.

Al gen CDH13 se le vincula, en cambio, con trastornos en el control de la impulsividad.

“Hallamos dos genes que tuvieron el efecto más importante en el comportamiento agresivo, y probablemente haya decenas de otros genes que tienen un efecto menos importante”, estima Jari Tiihonen uno de los autores del estudio (departamento de neurociencia del Karolinska Institute de Estocolmo).

Para analizar a los individuos, los perfiles de cada criminal se clasificaron dependiendo de sus delitos entre violentos y no violentos. La asociación entre los genes y el comportamiento tuvo una correlación alta entre los 78 calificados como extremadamente violentos.

Este grupo cometió un total de 1,154 asesinatos, asaltos e intentos de homicidios y todos ellos mostraron una baja actividad del gen MAOA.

Para Jari Tiihonen, los resultados no deben cambiar la noción de responsabilidad penal. Advierte que los resultados no son lo suficientemente precisos como para permitir tests de detección preventiva del gen.

Y agrega que los resultados del estudio finlandés podrían ser similares en otros países desarrollados “pero no en los países pobres, donde los aspectos sociales como la pobreza podrían ser factores más importantes” a la hora de determinar comportamientos criminales.

Hay especialistas que consideran que es apresurado hablar de la existencia de “genes de la violencia” a los que no se puede escapar.