La Panga
Por: Mayahuel Hurtado Ortiz
Ya lo había manifestado en algunas columnas que la violencia de género aplica a hombres, mujeres, e integrantes de la comunidad LGBTTTI. Esto es de ida y vuelta, quien cometa el error siendo candidato de atacar a algún género y de esto se desprende una denuncia ante la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Electorales, puede generar la cancelación de su registro como candidato o candidata o en su caso, la anulación de una potencial victoria en el día de las elecciones.
Ya hubo un caso en el estado de Hidalgo que se podría decir fue el parteaguas en un tema en el que siempre los varones salían ilesos, esto lo menciono porque cuando se trataba de una mujer o de una integrante de la comunidad lésbico gay, había toda seria de calificativos e insultos, exposición al repudio social e incluso a la violencia, y era de manera reprobable exhibida la persona en su intimidad o en su núcleo de familia.
Ahora quienes dirijan estas campañas de lodo tendrán que ser respetuosos de la ley pues no se quebrarán mucho la cabeza las autoridades para dar con los responsables y esto incluye a las voces de opinión, quienes deberán de ser cautelosos al momento de emitir comentarios que lleven la intención de dañar la imagen pública y la moral personal del candidato o candidata, en el entendido de que obviamente, esas campañas de desprestigio influirán en el ánimo de los potenciales votantes, que a través de medio impresos, radiofónicos, electrónicos e incluso en las redes sociales pueden generar con estas acciones la comisión de un delito.
Atrás quedaron los tiempos en donde se filtraban las conversaciones telefónicas, ahora con las nuevas leyes en materia de telecomunicaciones cualquier candidato o candidata puede hacer uso de su derecho de privacidad, e incluso soportarlo jurídicamente para acreditar violencia de género, lo cual pone sobre aviso a quienes con ese tipo de campañas pretendan engañar a los electores.
Si en los comicios participaran santos, entonces serían fiestas patronales, esperemos entonces un ejercicio democrático responsable en donde el respeto a la integridad moral y personal de los participantes sea una garantía para que se celebren elecciones justas con piso parejo. Lo mismo sucede con los apoyos, que bueno que apoyen a las personas en esta época, pero que lo hagan dentro del marco de la ley, que no quieran los políticos en un par de meses resarcir el olvido de más de dos años, esto lo menciono por aquéllos que andan muy activos repartiendo dinero a diestra y siniestra. Si cada partido está convencido de los candidatos que tiene, no recurrirá a enlodar al que está actualmente en el cargo bien sea municipal o estatal para llevar agua a su molino. También los electores están acostumbrados a las típicas traiciones al interior de algunos partidos políticos, esperemos que las alianzas conformadas garanticen la unidad, el respeto y la tolerancia para que los ciudadanos se sientan motivados y salgan a votar.
Recordemos algunos casos en donde se pone a la mujer o al miembro de la comunidad LGBTTTI en posiciones perdedoras, o incluso en aquéllos casos en los que ya ganando la elección, fueron obligados a renunciar a su puesto para que un hombre asumiera el cargo, el ejemplo más clásico y que recordamos todos los mexicanos fue el de Juanito en la ciudad de México, quien fue obligado a separarse del cargo después de que los votantes le habían dado su confianza en las urnas.
No queremos más Juanitos ni Juanitas, tampoco queremos candidatos que presuman humildad y vivan en la excentricidad y en los lujos. Necesitamos que cada una de esas propuestas sean escuchadas por los ciudadanos, analizadas para después emitir un voto. Y muy importante señalar que en todos los partidos hay buenos y malos políticos, nadie puede lanzar la primera piedra y tampoco nadie puede desgarrarse las vestiduras, ya basta de utilizar el lema tan trillado para desgastar al Partido Revolucionario Institucional, que si lleva muchos años en el poder o no, fue decisión de quien deposito su voluntad en una urna; porque si se permite que se siga manejando un golpeteo sistemático de este nivel, a quien cuestionan de inmediato es al árbitro del partido, que cada ejercicio electoral se esfuerza porque los mecanismos se mejoren para abatir el abstencionismo y lograr un ejercicio democrático transparente en el que todos participen.
Debemos dejar que el Instituto Nacional Electoral realice su trabajo y debemos de darle la oportunidad a cada uno de los postulantes, independientemente del partido que sea o sin partido, que hagan su trabajo, que lleven sus propuestas, que dialoguen con la gente, pero sobre todo, que cumplan con la ley para si resultan ganadores no le entremos al ring de las impugnaciones, no olvidemos que en Colima las impugnaciones a cargos de alcaldes o gobernadores en la mayoría de las veces se ratifica el triunfo del candidato impugnado. Eso nos cuesta más dinero y desgasta la figura del Instituto Estatal Electoral, que pone toda la carne en el asador para realizar una jornada en la que todos los ciudadanos estén conformes.
LOS REMOS DE LA PANGA
REMITO: Mi padre siempre me dijo algo que hasta el momento lo tengo presente: “Le pegan a lo que vuela alto, y enlodan a lo que brilla mucho. Si quieres que nadie te toque quédate abajo y llénate de tierra”. Cuánta razón tenía, ahora treinta años después, dimensiono esas palabras y aplico esa enseñanza.