José Luis Cobian|CN COLIMANOTICIAS
Manzanillo, Col.-Una familia arraigada en Manzanillo que llegó a nuestro puerto con gran ilusión en mayo de 1991, es la dinastía Sierra Reyes, por ese motivo nos acercamos a la señora María Guadalupe Reyes Valenzuela mejor conocida “Guali” para que nos narrara su historia quien absorta en sus pensamientos hurgo en su memoria para contarnos todo.
Alfredo Sierra Domínguez y María Guadalupe Reyes Valenzuela “Guali” se conocieron llevando consigo un hijo -cada uno- y fue hasta formalizar su relación que procrearon dos hijos: Fredy, Luisber, Alex y Edu, todos 100% veracruzanos y formados académicamente en este estado, uno en la UTM en la carrera de Gastronomía y el otro en el Tecnológico de Colima en la carrera de Arquitectura.
Fue en el año de 1996 en que abriéndose paso por la ciudad montaron su primer restaurante de desayunos llamado, “Desayunos Veracruzanos, Las Camelinas”, ubicado en el Boulevard Miguel de la Madrid, entre Santiago y Miramar, lugar que por la profesión de Alfredo Sierra, cambiaron de ciudad a Ixtapa Zihuatanejo, Gerrero, ahí Gauli montó los “Desayunos Veracruzanos Guali” con éxito, pero una vez más tuvieron que cambiarse.
Fue hasta el año 2006 que regresaron a Manzanillo y pusieron “El Farolito” por el boulevard, casi a un costado de la Secretaria de Turismo, ahí brindaban el servicio de cenas veracruzanas y taquería, y los fines de semana desayunos, posteriormente se cambiaron a Santiago, con un nuevo concepto de mariscos, “7 Tostadas el Dorado, Mariscos Manzanillo-Veracruz”, donde iniciaron el nuevo proyecto de “Volovanes Manzanillo, La Jaiba Loca”, “siempre con éxito, a Dios gracias, y a ustedes nuestros clientes” comentó “Guali”. Simultáneamente en el 2009 hasta el 2010 en San Pedrito dieron vida a “Mocambo, Desayunos Veracruzanos”.
Tras su esencia de identidad familiar en el 2013 “nuestro año, tiempo de Dios” -mencionó Guali-, es que llegaron al actual domicilio al que de primero llamaron “Taquería Tres de qué? Ahora “La Cocina Jarocha de Guali” y donde todos sus clientes y amigos, que siempre los han seguido, les pidieron volver a los antojitos mexicanos y por supuesto a sus especialidades, fue así que con su Carta de Nobleza a petición de los comensales aún siguen atendiendo con el gusto de siempre y agradeciendo su preferencia. Se despidieron con la firma de familia: “Sr. Alfredo y Sra. Guali, el mío, el suyo y los nuestros…de nuestra tierra lo mejor”.