La Legítima Defensa ya es un Derecho en Nuevo León, Guanajuato y Puebla

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La Panga

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz

Cuántas veces no hemos sentido rabia por haber sido víctimas de que un delincuente irrumpió en nuestro domicilio y lo haya hecho de forma violenta o no sustrajo aparatos electrónicos, alhajas, teléfonos celulares, computadoras, dinero en efectivo y todo lo que encontró a su alcance para poder comercializarlo posteriormente en algún tianguis o bien dejarlo en alguna casa de empeño para recibir unos cuantos pesos por los artículos que robó.

En algunos casos cuando el robo ha sido cometido con lujo de violencia deja en las familias una amarga experiencia que en algunos casos se vuelve paranoia y las familias viven con temor a ser robadas durante la noche o bien durante el día mientras se van a trabajar; porque hay que resaltarlo, los amantes de lo ajeno tienen diversas técnicas para robar una y otra vez, incluso, hay domicilios o comercios que han tenido varios robos, sin que las autoridades puedan dar con el paradero de los delincuentes.

Voy a citar dos ejemplos, en una colonia de la comunidad de Salagua, en el municipio de Manzanillo, una familia de un estatus económico clase media, en donde trabajaban los dos en el ramo portuario, con trabajos mantenían a sus hijos en instituciones privadas para recibir educación y con muchos sacrificios acababan de comprar un auto de reciente modelo, todo con el esfuerzo de trabajo. La primera vez que los robaron ingresaron por el domo del baño y sustrajeron alhajas y objetos menores, la segunda vez, lo hicieron en la noche, pero al escuchar los ruidos y al encender las luces los hampones huyeron y a pesar de los esfuerzos de las autoridades por dar con el paradero de los delincuentes nadie pudo dar alguna seña pues los robos se cometieron a la hora que todo mundo sale a trabajar a la escuela o a la hora en que todo mundo duerme. Finalmente la historia termina con que un día llegó un camión y literalmente los hampones hicieron la mudanza de la casa. Los vecinos que se estaban mudando y se llevaron todo, pese a las denuncias la familia decidió cambiar de domicilio y buscar una zona en la que no estuvieran tan expuestos a que esta situación se volviera a presentar.

El segundo ejemplo ocurrió en Manzanillo en fechas recientes en una tienda de abarrotes, voy a omitir por seguridad el nombre de la afectada y la ubicación pero ella estaba hastiada de que una y otra y otra vez entraran a asaltar a su tienda y fuera la misma persona. Como rasgos que tenemos del delincuente se dedicaba al robo y consumía sustancias tóxicas. La mujer harta de denunciar y a pesar de que la policía hacía continuos rondines tomó la decisión de que cuando el hampón entrara a amenazarla con algún objeto punzocortante o algún arma, ella sacó una pistola y lo ultimó, según las versiones de un conocido programa radiofónico de Manzanillo, en donde se declaró culpable de haber ultimado al ladrón que la robó por lo menos en seis ocasiones, según se decía en las crónicas periodísticas.

Hace unos meses, en algunos estados de la República, se ha venido aprobando por parte de los Congresos estatales, la ley de Legítima Defensa. Esto es lo que se ha dicho en algunas crónicas que han sido publicadas en algunos de los periódicos más influyentes del mundo:

El Estado mexicano de Nuevo León ha modificado su código penal, concretamente el artículo que regula la legítima defensa. Hasta ahora, el texto consideraba que cualquiera que “rechazara” o “dañara” a su agresor, un ladrón, por ejemplo, que allanara su casa, no incurría en ningún delito. Ahora, el Congreso local ha aprobado añadir dos nuevos supuestos, “lesionar” y “privar de la vida”. El código detalla ahora que cualquiera que dañe, lesione, o incluso mate a un asaltante será igualmente inocente.

Marcos Mendoza, del partido conservador Acción Nacional, ha sido el principal valedor del cambio. En declaraciones recogidas por el diario Milenio, Mendoza ha explicado que “se ha hecho un gran avance para que las leyes estén más del lado de los ciudadanos. ¿Qué pasa? Los ciudadanos, ante la ola de inseguridad, los secuestros, las ejecuciones, los robos a casa habitación, en muchas ocasiones sufren un daño psicológico e inclusive físico los miembros de la familia que viven dentro de la casa”.

El legislador acierta en el preámbulo. Nuevo León vive una ola de violencia que remite a los años duros de la Guerra contra el Narco, 2010-2012. Los robos violentos se dispararon en 2016 respecto a 2015 y este año parece que la tendencia se mantiene. Los casos de extorsión también aumentaron, igual que los de asesinato, violación y secuestro. “Con esta ampliación”, ha añadido Mendoza, “creemos que le vamos a dar más certeza jurídica a aquellas personas que se vieron en la necesidad de defender a su familia. Ojo, en todo momento, en todo caso, habrá una investigación por parte del Ministerio Público y el juez tendrá que ver las pruebas”.

Queda por ver cuáles son los efectos prácticos del cambio en la norma. La incapacidad de las agencias investigadoras podría lastrar la modificación. En México, apenas el 1% de los delitos se castigan. Según un estudio presentado el año pasado por la Universidad de las Américas, con sede en Puebla, el grado de impunidad es muy alto en 13 estados del país, uno de ellos Nuevo León. Esta ley también ha sido aprobada por los Congresos de otros estados del país, concretamente, en Guanajuato”.

Como usted observa amable lector, lectora, parece que en Colima más temprano que tarde seremos testigos de como nuestros diputados promulgan una ley similar a la de legítima defensa que ya está vigente en varios estados de nuestro país.