LA EDUCACIÓN ES LA SALVACIÓN

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TAREA PÚBLICA

Por: Carlos Orozco Galeana

Hace algunos años el intelectual  Jesús Reyes Heroles dijo una gran verdad, la cual compartí  con frecuencia en algunos diálogos con ciudadanos cuando promovía servicios educativos: sale más caro no educar a un mexicano que educarlo. Con otras palabras, el jueves pasado el rector de la Universidad de Colima Eduardo Hernández Nava retomó esa sentencia  durante una ceremonia de entrega de certificados de bachillerato del campus Tecomán. “Invertir en educación puede ser costoso, pero  no hacerlo sale más caro a las familias, al estado y al país porque está comprobado que a mayor formación escolar mayores salarios, dijo.”

Esa es una verdad de a kilo, de esas que no se discuten. Pero hay otras cosas tan o más  positivas que se proyectan con la educación.  Está demostrado que cuando un país dedica inversiones fuertes termina transformándose, y el ejemplo más a la mano está en varios países asiáticos que en pocas décadas están hoy a la cabeza (Singapur, Japón, Corea del Sur), pues se decidieron a modificar sus estructuras educativas de raíz. Y lo más importante: la acción de esos gobiernos convocando a diálogos nacionales, convencieron a sus distintos sectores de hacer esa gran tarea. Esto en  México ha sido casi imposible y hubo hasta de encarcelar a la maestra Gordillo para sentar las bases de la recuperación de la rectoría estatal en la educación. Hoy  hasta Andrés López Obrador  está resuelto, si gana la presidencia del país,  de darle solo una “maquilladita” a la reforma educativa. Para que se convenza AMLO de algo que hizo bien  “la mafia en el poder”, sí que es grandioso.

Echar abajo estructuras educativas ineficientes para sustituirlas por otras no es cosa fácil por los intereses en juego. Han sido décadas, en México, de despropósitos, pero ahora hay una luz en el túnel de la educación: Más del 95 % por ciento de nuevos  profesores están participando por una plaza. Se está venciendo la costumbre de que egreso de la normal equis y de inmediato trabajo  en una plaza que se me ha asignado sin que la autoridad sepa bien de mis capacidades. Se tardará años este proceso de recuperación, pero habrá mejor educación y los resultados serán mejores.

El rector Hernández Nava dice bien que sin inversión educativa el país irá a la zaga de sus necesidades en tiempos que, como los de hoy, son de gran competencia entre las naciones. El país que tiene estructuras educativas dinámicas y más competitivas, está sacando ventaja en sus convenios comerciales: a mayores tasas escolares, se vende más y mejor y con ello se incrementan positivamente  sus balanzas comerciales.

¿Por qué nos sale más caro no educar a un mexicano que educarlo? Lo estamos viendo con toda claridad. Los índices de paz se han ido a la baja y regiones del país anteriormente con tasas reducidas de delincuencia son paraísos del crimen. Descuidamos, pues, la educación y el tiro ha  salido  por la culata, nos crecieron los enanos de la descomposición  moral. Estamos padeciendo signos de   disgregación increíbles.

Con una población sin la educación necesaria, se genera menos riqueza y se condena a toda una nación a ser maquiladora, a consumir lo que otros nos mandan del exterior cuando desde aquí  enviamos previamente las materias primas. Con una mala educación, tenemos carencias de ciudadanía, una masa que no usa bien la razón  ni su libertad y que se deja manipular fácilmente. Solo hay que ver las campañas de los candidatos a puestos de elección popular para comprobar que por unas pequeñas cosas la gente vende su voto y con ello su conciencia.

Y tenemos luego el problema migratorio. Nuestros compatriotas se van de México porque no hallaron posibilidades de sustento y prefieren morir – como los lanzados por los puentes –  en la aventura que vivir sin opciones claras. Es por ello, que el gobierno colimense debe seguir apoyando la educación a todos los niveles, no regatear nada de lo que puede o debe invertirse a favor de la ampliación de nuestras capacidades como entidad. Es muy importante que el rector de la U. de C. tenga muy claro este tema y asuma compromisos.