LA EDUCACIÓN DEBE SER LA GARANTÍA DE CUALQUIER PROPUESTA EN LOS CANDIDATOS

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La Panga

Por: Mayahuel Hurtado Ortiz

Debemos poner especial atención en la siguiente jornada electoral para analizar un tema que debe ser de los que encabecen las propuestas para las y los candidatos que aspiren al cargo de presidente de la República, me refiero amable lector, lectora, a la educación.

Actualmente se realizan grandes esfuerzos para que los planteles escolares cuenten con el equipamiento necesario para que ahí estudien niños, niñas y adolescentes que cursan su educación básica y media superior, que dependen o están incorporados a la Secretaría de Educación Pública (SEP); lo mismo aplica para la capacitación del magisterio, que todos los días brinda lo mejor para que en las escuelas de toda la República se preparen a los futuros líderes que serán conscientes y capaces de tomar las mejores decisiones para cambiar la realidad en la que viven; es decir, serán los encargados de darle rumbo a nuestra nación en unos años.

Durante décadas, miles de docentes que tenían la capacidad intelectual y profesional, nunca fueron considerados para que a través de un examen se les asignara de forma legal y transparente una plaza de docente; impensable era que accedieran a una dirección, ya ni mencionar una supervisión escolar, esos puestos eran otorgados por otro tipo de mecanismos que no permitían una participación justa y equitativa de quienes aspiraban a ese cargo educativo.

Para los docentes que no gozaban de un amigo, compadre, aliado, conocido o simplemente era familiar de alguien allegado a una autoridad educativa, por años vieron pasar la asignación de estos puestos, y hoy la historia no sólo les sonríe, sino que al contrario, les da la justicia.

Me refiero, estimados lectores, lectoras, a que por fortuna ahora existen miles de maestros que pueden contar que recibieron plaza docente, de director, asesor técnico pedagógico y supervisor tras haber presentado una evaluación y muchos maestros que son egresados de una escuela normal, después de haber sido evaluados, se dieron cuenta en la gran mayoría que fue más especulación que realidad, el que serían cesados en sus funciones o removidos a las áreas administrativas si no aprobaban un examen.

Si bien es cierto que de forma paulatina se ha ido armonizando este proceso, se requieren algunas adecuaciones para quienes se quedaron atrapados de 2012 hacia atrás y generaron pocas horas clase o no obtuvieron una plaza como docente, es por ello que se trabaja a nivel Secretarías de Educación en cada entidad federativa, para realizar los ajustes y que todos puedan acreditar su preparación y recibir la capacitación para lograr su objetivo, un claro ejemplo de ello es el estado de Jalisco que en sus zonas limítrofes ha permitido que maestros egresados del Isenco de Colima o de las Universidades Incorporadas a la SEP que ofrecen la licenciatura en Educación hoy tengan una plaza que obtuvieron vía examen.

Estoy convencida que quien aspire al cargo de elección popular para presidente de los Estados Unidos Mexicanos, no puede dar reversa a las leyes que hoy pusieron en orden al sector educativo y que permitieron a muchos maestros con años de servicio hoy ser los responsables de un plantel educativo o bien, dirigir los esfuerzos de un sector más amplio, sin necesidad de “La ley palanca”.

Tampoco quien aspire al cargo debe olvidar a los docentes que de 2012 hacia atrás, aproximadamente al 2000, no pudieron acceder a más horas u obtener una plaza definitiva, para ellos deberá de ser más amable la ley y sobre todo una garante para que logren equipararse a quienes tienen la vocación y amor por realizar el trabajo en las aulas.

Algo importante que no debemos olvidar los mexicanos es la historia, porque de pronto nos dejamos llevar por discursos populistas que sólo buscan agua para su molino. Desde el 2000 con la llegada del ex presidente Vicente Fox, nos dimos cuenta que no les importaba quiénes dirigieran los esfuerzos de la educación en el país y vivimos bajo la dirección del químico bacteriólogo Reyes Tamez Guerra, quien fuera el secretario de Educación, que no realizara acciones que impulsaran la educación y hay que decirlo, fue cuando los resultados de PISA en 2000, mostraron que se requerían con urgencia cambios radicales no solo para elevar la calidad de la enseñanza, sino para que en nuestro país, los alumnos recibieran la mejor educación. Solo nos queda el recuerdo de la inauguración de Fox Quesada de una escuela en zona indígena, que contaba con aula de cómputo y no tenía los servicios de energía eléctrica.

De Felipe Calderón podemos decir que le dejó la chamba completa y fue el precursor de la Reforma Educativa, pero como una buena maniobra electoral le puso una pausa y dejó la estafeta al presidente Enrique Peña Nieto, quien contó con los votos de los partidos políticos 104 PAN, 53 PRD, 26, PVEM, 9 del PANAL, 181 PRI, es decir, aquí los números no mienten, la gran mayoría votó y avaló la Reforma Educativa, mientras que los partidos de izquierda no votaron, pero siguen en algunos casos resultando los grandes beneficiados de las escuelas que actualmente sostienen como bastiones electorales.
Ahora el discurso populista ofrece una reversa y me pregunto: ¿No será más fácil hacer adecuaciones que dar un paso atrás al progreso educativo de niños, niñas y adolescentes?

Le dejo a usted el análisis de un tema que no puede ser tomado a la ligera.